En Cuba matar una vaca es un delito grave; pero como todo lo que pasa en Cuba castrista depende de quién cometa el delito. En realidad tampoco importa si alguien cometió el delito si no que lo que importa es que el régimen decide que alguien cometió lo que en realidad nunca cometió y entonces comienza el fin de una pesadilla para el "elegido".
Michel Martínez Pérez tuvo la desgracia de ser el "elegido" y está pagando por un delito que jamás cometió. Y como es una persona de bien, decidió enfrentarse a la injusticia declarándose en huelga de hambre ya hace 33 días. Su mamá está desesperada porque no solo no existe la justicia en la Cuba de la tiranía si no que además ni siquiera le dejan ver a su hijo que se está jugando la vida en haras de la verdad y su libertad.
Mientras Lázara de Jesús Pérez Martín vive un calvario por lo que está pasando su hijo en la prisión de máxima seguridad de Agüica en Colón, Matanzas, un desgraciado y corrupto alcohólico que como único curriculum tiene el haber asesinado a cuchilladas a una vaca preñada, está a punto de ser incorporado como auxiliar de policía en Velasco, Holguín.
Este figura se llama Rubén González Velázquez y es un ejemplo más de lo que el régimen recluta para sostener por la fuerza y por la coacción sometido a todo el pueblo cubano.
Escuche el testimonio de Manuel Martínez que nos llena de pena y vergüenza pero nos da más fuerzas para luchar por el fin de la dictadura y la libertad de todos los presos políticos y de los presos que -como Michell- están enjaulados porque a un eunuco de Raúl se le dio la reverenda gana.
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