Por Bruno Zambini
Los opositores denunciaron más de 150 arrestos. Además, aseguran que el Gobierno les corta las comunicaciones telefónicas. La visita de Benedicto XVI y la enorme cantidad de periodistas inquietan al régimen de Castro
Crédito foto: Reuters
El régimen castrista finge apertura ante la visita de Benedicto XVI mientras mantiene y refuerza el cerco represivo contra los disidentes, a los que arresta o acosa a través de su policía política.
El dato lo confirman los despachos de las agencias extranjeras: el régimen está arrestando a los referentes de la oposición para impedirles participar de las actividades públicas previstas en el marco de la visita papal. En otros casos, los agentes de la Seguridad del Estado (policía política) formulan una prohibición verbal de ir a la plaza donde oficiará la misa el Sumo Pontífice y ordenan a la persona "molesta" permanecer en su casa.
"La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional puede confirmar que, a esta hora, el número de detenidos en los últimos cuatro días es de al menos 150 pacíficos disidentes", dijo Elizardo Sánchez, presidente de esta asociación, a la agencia AFP. "Son detenciones preventivas", explicó. "A un número semejante se les ha prohibido salir de sus casas o asistir a las misas o recibimientos al Papa por los lugares que recorrerá", agregó.
En una mesa de Jardín del Oriente, un bar que pese a estar en el corazón de la turística Habana vieja se permite un menú con precios aptos para cubanos, el celular de uno de los comensales anunció la llegada de un mensaje de texto. Su contenido alertaba sobre el corte de la línea telefónica de un integrante de la asociación Hablemos Press, activa en denunciar en la web el cerco informativo del Ejecutivo cubano hacia cualquier voz opositora.
"Mientras el Gobierno se abre al diálogo con la Iglesia y el Papa, corta las líneas de teléfono a los disidentes", decía la alarma.
El receptor del mensaje puso de inmediato en ejecución un operativo de rescate virtual que siempre está listo. "Acaban de cortar la línea telefónica de Hablemos Press. El Gobierno está silenciando a cualquiera que pueda alterar la visita del Papa", escribió.
El texto fue enviado mediante el móvil a una cuenta en Twitter, la verdadera arma de esta historia. A razón de un dólar por mensaje, lo que obliga a limitar en extremo su uso, la disidencia puede activar en segundos una alarma que suena, sobre todo, en el exterior.
"Cada vez que salgo de mi casa y veo que hay miembros de la DSE (Seguridad del Estado) en la puerta, escribo un mensaje de texto que dice 'estoy saliendo, voy a ser detenido por la DSE'. Lo dejo abierto en la bandeja de salida, listo para disparar. Si me detienen, disparo el send antes de que me quiten el teléfono", explica uno de los parroquianos, que por razones obvias prefiere mantenerse anónimo.
Accionada la alarma, se activa lo único que puede ayudarlo. Su detención comienza a circular en Twitter hasta que se hacen eco de la noticia algunos de los periodistas acreditados o una radio extranjera, en especial española o estadounidense, decide difundir la noticia mediante la salida al aire de algún disidente.
A pesar de lo restringido de su uso en la isla, Twitter se ha convertido en un escudo que evita detenciones masivas. "A lo único que le teme este Gobierno es a las cámaras y a los diplomáticos. Cuando hay alguna concentración, todas prohibidas, basta que aparezca algún representante extranjero para que la Seguridad del Estado se retire", explica otro de los contertulios.
No faltan anécdotas que lo confirmen, incluso en casos que no tienen que ver exactamente con asuntos de la disidencia política. Bajando la voz con cada acercamiento del mozo y espiando de soslayo el trabajo de una jinetera (*) con un cliente alemán ataviado con obligado sombrero panamá, uno de los comensales contó la historia de un desalojo fallido: "En el mes de enero, la esposa de uno de nosotros estaba en Batabanó (al sur de La Habana) y desde allá me pregunta si tenía crédito en mi teléfono. Me cuenta entonces el caso de una muchacha y su hijo que vivían en un local del Ministerio de Educación que funcionarios pensaban desalojar con apoyo de la Policía. Le pido los nombres, twiteo la historia y en minutos yo estaba saliendo al aire por dos radios extranjeras. Enseguida la policía le dijo a los funcionarios de Educación que ellos no iban a participar del operativo y desde entonces no han vuelto a molestar a la muchacha".
El mismo mecanismo virtual se aplica cuando algún miembro de la disidencia pierde contacto con el grupo o "cuando se necesita protección extra ante algún evento considerado ilegal", explican.
Durante la charla, los celulares de la mesa daban cuenta de nuevos cortes telefónicos y algunas detenciones selectivas en Santiago, primera escala del Papa en Cuba.
(*) Prostituta
Fuente: http://america.infobae.com/notas/47112-Cuba-finge-apertura-pero-profundiza-la-represion