Fueron 'golpeados y arrastrados', según fuentes
de la disidencia. El Arzobispado de La Habana dice que solicitó a las
autoridades 'salvaguardar la integridad de estas personas'.
Los 13 opositores que ocupaban el Santuario y Basílica Menor de
Nuestra Señora de la Caridad en La Habana fueron desalojados con
violencia por efectivos del régimen en la noche de este jueves,
informaron fuentes de la disidencia interna.
El desalojo se produjo tras una petición del cardenal Jaime Ortega a
las autoridades, confirmó en un comunicado el Arzobispado de La Habana,
cuya versión de los hechos difiere de la relatada por los opositores.
Roberto de Jesús Guerra Pérez, director de la agencia de prensa independiente Hablemos Press, dijo en un
mensaje
publicado en la plataforma Háblalo sin Miedo que los disidentes,
miembros del Partido Republicano de Cuba (PRC), fueron "golpeados y
arrastrados".
Uno de los opositores que se encontraba dentro del templo dijo que el
desalojo lo realizaron "la policía política y brigadas antimotines",
reportó Guerra.
Según la fuente, los activistas fueron "arrastrados" hacia vehículos y
trasladados a unidades policiales, donde "les tomaron huellas, muestras
de pelo y otras muestras de orina".
Algunas de las mujeres (según agencias de prensa había cinco dentro
del templo) "recibieron muchos golpes", añadió Guerra. Todos habrían
sido liberados ya.
La bloguera
Yoani Sánchez
dijo a través del su cuenta en Twitter que unos 50 efectivos
participaron en el operativo para sacar de la iglesia a los opositores.
El Arzobispado de La Habana confirmó en una nota de prensa firmada
por su portavoz, Orlando Márquez, que el desalojo se produjo después de
que el cardenal Jaime Ortega pidiera a las autoridades que "invitaran" a
los ocupantes a "abandonar" el templo.
La versión del Arzobispado
La versión del Arzobispado asegura que "la acción de poner fin a la ocupación (…) duró menos de diez minutos".
"Los trece ocupantes fueron invitados a salir del templo y no
ofrecieron resistencia. Los agentes que ejecutaron la operación habían
asegurado a la Iglesia que no portarían armas, que trasladarían
inicialmente a las trece personas a una unidad policial y que después
los llevarían a sus casas. Igualmente aseguraron que no serían
procesados por este hecho", dijo la Iglesia en su nota, publicada por el
diario oficial
Granma, órgano del Partido Comunista.
Afirmó que los 13 activistas llevaban 48 horas, de forma
"ininterrumpida y no autorizada" en el templo y relató las
conversaciones de miembros del Arzobispado con los disientes para que
abandonaran el lugar.
"No faltó tampoco la exhortación de los fieles católicos, quienes no
han podido escuchar misa los días miércoles y jueves (…) La respuesta
del grupo siempre fue negativa", dijo la Iglesia.
"Por este motivo, en uso de la autoridad y facultad que le compete,
el cardenal Jaime Ortega se dirigió a las autoridades correspondientes
para que invitaran a los ocupantes a abandonar el Santuario y Basílica
Menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana. Se tuvo en cuenta,
además, la propuesta de los mismos ocupantes de ser visitados
directamente por las autoridades para recibir garantía de su seguridad.
Esta solicitud del cardenal Ortega a las autoridades reiteraba
salvaguardar la integridad de estas personas", indicó el Arzobispado en
su nota.
"Se pone fin así, a una crisis que no debió nunca producirse. La
Iglesia confía que hechos semejantes no se repitan y que la armonía que
todos anhelamos pueda realmente alcanzarse", concluyó.
Los opositores se habían encerrado el templo para pedir que el papa
Benedicto XVI intercediera durante su próximo viaje a Cuba para que sus
demandas políticas fueran escuchadas.
También que la Iglesia Católica mediara por el inicio de un diálogo
entre el Gobierno, la oposición interna y algunos movimientos del exilio
para propiciar una apertura democrática en el país, informó EFE citando
al líder del Partido Republicano de Cuba, Vladimir Calderón.
Los miembros del PRC intentaron acciones similares en iglesias de
varias provincias, en las cuales entregaron una carta con sus demandas.
En un
comunicado anterior,
publicado también por la prensa oficial de la Isla, el Arzobispado de
La Habana consideró que se trató de una "estrategia (…) con el propósito
de crear situaciones críticas a medida que se acerca la visita del Papa
Benedicto XVI a Cuba".
Además, calificó la ocupación del templo de La Habana de "acto ilegítimo e irresponsable".
Desacuerdos en la disidencia
El encierro en el templo había sido desaprobado por varios sectores de la disidencia interna; entre ellos, las Damas de Blanco.
"Respetamos el accionar de esas personas (...) pero no es la línea de
las Damas de Blanco", dijo el jueves a la AFP la líder de ese grupo,
Berta Soler.
"Es una manera de lucha, no los conozco, pero les aconsejo que tengan
cuidado con realizar algún tipo de provocación que pueda perjudicar la
credibilidad de la oposición pacífica de Cuba", afirmó por su parte
Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo.
"No estamos de acuerdo con que se tomen instituciones religiosas, no
es lugar adecuado para ese tipo de pronunciamiento", declaró
exprisionero político José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica
de Cuba. No obstante consideró que detrás de la protesta había "también
responsabilidad de la Iglesia, por descuidar su labor en defensa de los
oprimidos".
Fuente: http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/10133-desalojados-peticion-del-cardenal-ortega-los-opositores-que-ocupaban-una-igle