
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
La dictadura de Cuba que detenta el poder por mas de 62 años se
desmorona estrepitosamente y el grupo de delincuencia organizada
trasnacional que la integra y sostiene lo sabe. Al régimen de oprobio
que se vendió con falacia de revolución y que ha ensangrentado por
décadas su país, la región y el mundo, no le queda sustento que no sea
la violencia contra sus ciudadanos. Una sociedad llevada a extremos...