Diario Las Americas
Publicado el 05-22-2013
Cuba: amenaza cibernética
Por Manuel Cereijo
Desde 1974 empezó Cuba un desarrollo en electrónica en todo el país. Cientos de ingenieros fueron educados o entrenados en países como la Unión Soviética, Alemania Oriental, Hungría, Corea del Norte, y algunos países de Europa Occidental.
A finales de los 1980s, Cuba contaba con ingenieros especializados en computación, cibernética, microelectrónica, con una tecnología superior, por ejemplo a Irlanda, como fue reconocido por ese país. Esto es una realidad.
En un documento parcialmente desclasificado de la CIA, se documenta cómo Cuba comenzó en 1991 el estudio de como interferir redes computacionales mediante la introducción de virus y otros medios. Este proyecto tuvo un módico presupuesto de $50,000.
Ya para 1997, cuenta Cuba con su propia base de radio escucha, construida por Rusia entre 1994 y 1997, con embarques proveniente de Latvia. Esta base se encuentra en Bejucal, y así se le reconoce como la Base Electrónica de Bejucal. El costo total de la misma fue de $750 millones. Esta base tiene la capacidad de espiar electrónicamente las telecomunicaciones de los Estados Unidos, así como otras funciones, como la penetración en redes computacionales, interferencia microelectrónica, según lo atestiguan innumerables ingenieros que han trabajado en la misma, así como altos funcionarios cubanos que han desertado. Los principales centros son:
Base electrónica y de Telecomunicaciones de Bejucal, La Habana, Cuba. Área de 20 millas cuadradas. Costo de $750 millones. Trabajan 1,100 ingenieros, técnicos, staff. Tiene 3 grupos de antenas/satélites. Un grupo es para espiar las telecomunicaciones de Estados Unidos en general. Otro grupo es para espiar teléfonos y computadoras asignadas de antemano. Un tercer grupo es para espiar mediante el sistema moderno de “reconocimiento de voz” para interceptar llamadas desde cualquier teléfono al reconocer el patrón de voz de la persona. Tiene además equipos e instrumentación para la investigación y desarrollo de armas asimétricas electrónicas. Tiene además la capacidad para conducir ataques a las redes computacionales de Estados Unidos. Esta base cuenta también ya con dos HPCs o Computadoras de Alta Velocidad y Operación, adquiridos de PRC. El Directorado General de Inteligencia del Ministerio del Interior está a cargo de esta base.
El complejo situado en la calle Paseo, entre 11 y 13, Vedado. Se hacen experimentos para interferir las telecomunicaciones en los Estados Unidos, especialmente en aeropuertos, y centros estratégicos. Costo: $60 millones
El complejo electrónico de Cojimar. Costo $20 millones. Se realizan actividades de espionaje electrónico y se experimenta con armas electrónicas.
El centro del Wajay, La Habana. Aquí se llevan a cabo multitud de operaciones de radio interferencia, alteraciones del medio ambiente, etc. Costo: $15 millones.
La finca de Santiago de Cuba, con las mismas funciones que la del Wajay. Costo: $10 millones.
Cuba tiene la capacidad cibernética para poder usarla en actividades terroristas de esta índole.
Publicado el 05-22-2013
Cuba: amenaza cibernética
Por Manuel Cereijo
Desde 1974 empezó Cuba un desarrollo en electrónica en todo el país. Cientos de ingenieros fueron educados o entrenados en países como la Unión Soviética, Alemania Oriental, Hungría, Corea del Norte, y algunos países de Europa Occidental.
A finales de los 1980s, Cuba contaba con ingenieros especializados en computación, cibernética, microelectrónica, con una tecnología superior, por ejemplo a Irlanda, como fue reconocido por ese país. Esto es una realidad.
En un documento parcialmente desclasificado de la CIA, se documenta cómo Cuba comenzó en 1991 el estudio de como interferir redes computacionales mediante la introducción de virus y otros medios. Este proyecto tuvo un módico presupuesto de $50,000.
Ya para 1997, cuenta Cuba con su propia base de radio escucha, construida por Rusia entre 1994 y 1997, con embarques proveniente de Latvia. Esta base se encuentra en Bejucal, y así se le reconoce como la Base Electrónica de Bejucal. El costo total de la misma fue de $750 millones. Esta base tiene la capacidad de espiar electrónicamente las telecomunicaciones de los Estados Unidos, así como otras funciones, como la penetración en redes computacionales, interferencia microelectrónica, según lo atestiguan innumerables ingenieros que han trabajado en la misma, así como altos funcionarios cubanos que han desertado. Los principales centros son:
Base electrónica y de Telecomunicaciones de Bejucal, La Habana, Cuba. Área de 20 millas cuadradas. Costo de $750 millones. Trabajan 1,100 ingenieros, técnicos, staff. Tiene 3 grupos de antenas/satélites. Un grupo es para espiar las telecomunicaciones de Estados Unidos en general. Otro grupo es para espiar teléfonos y computadoras asignadas de antemano. Un tercer grupo es para espiar mediante el sistema moderno de “reconocimiento de voz” para interceptar llamadas desde cualquier teléfono al reconocer el patrón de voz de la persona. Tiene además equipos e instrumentación para la investigación y desarrollo de armas asimétricas electrónicas. Tiene además la capacidad para conducir ataques a las redes computacionales de Estados Unidos. Esta base cuenta también ya con dos HPCs o Computadoras de Alta Velocidad y Operación, adquiridos de PRC. El Directorado General de Inteligencia del Ministerio del Interior está a cargo de esta base.
El complejo situado en la calle Paseo, entre 11 y 13, Vedado. Se hacen experimentos para interferir las telecomunicaciones en los Estados Unidos, especialmente en aeropuertos, y centros estratégicos. Costo: $60 millones
El complejo electrónico de Cojimar. Costo $20 millones. Se realizan actividades de espionaje electrónico y se experimenta con armas electrónicas.
El centro del Wajay, La Habana. Aquí se llevan a cabo multitud de operaciones de radio interferencia, alteraciones del medio ambiente, etc. Costo: $15 millones.
La finca de Santiago de Cuba, con las mismas funciones que la del Wajay. Costo: $10 millones.
Cuba tiene la capacidad cibernética para poder usarla en actividades terroristas de esta índole.