Santiago de Cuba - La Habana
| 25-03-2012 - 3:42 am.
Dionisio García, arzobispo de Santiago, en una rueda de prensa el sábado 24 de marzo de 2012. (AFP)
Medio centenar de opositores han sido detenidos en las últimas
jornadas, en varias partes del país, para evitar que asistan a las misas
que oficiará el papa Benedicto XVI, mientras la Iglesia Católica
permanece en silencio, denunciaron activistas.
"Hasta ahora tenemos cifras de entre 30 y 40 opositores detenidos, y
un número indeterminado de feligreses católicos impedidos de salir de
sus casas por ser opositores", afirmó a DIARIO DE CUBA Elizardo Sánchez
Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y
Reconciliación Nacional (CCDHRN).
Mientras tanto, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) elevó a 51 los
detenidos "solamente en la región oriental del país", entre ellos 14
Damas de Blanco y miembros católicos de la Alianza Democrática Oriental,
Partido Republicano y UNPACU.
La Comisión Cubana de Derechos Humanos dará a conocer este domingo un
informe más amplio sobre la situación represiva en el país.
"Muchos de los detenidos ya estaban en las listas de las diócesis para viajar a las misas", reparó Sánchez Santacruz.
Dos conocidos periodistas independientes, Luis Felipe Rojas y Alberto
Méndez Castelló, se encuentran detenidos. Ambos son colaboradores de
DIARIO DE CUBA.
Méndez Castelló está en huelga de hambre en una unidad policial de Puerto Padre, Las Tunas, donde el régimen lo mantiene
preso desde el pasado jueves para evitar que viaje a Santiago de Cuba a cubrir la visita del Papa.
Este periódico hizo gestiones durante todo el sábado para conocer la
opinión de la jerarquía católica sobre la represión contra los fieles,
pero resultó imposible conseguir un pronunciamiento.
El presidente de los obispos, Dionisio García Ibáñez, ofreció una rueda de prensa en Santiago de Cuba, pero no abordó el tema.
"Exceptuando al padre José Conrado, que denunció la situación, el
resto no ha dicho nada, y lo saben bien", afirmó el activista José
Daniel Ferrer García.
Por su parte, Elizardo Sánchez dijo que "hay una contradicción
flagrante, porque el Gobierno va a emplear su gran capacidad burocrática
para que la gente acuda a las misas y organiza esto como suele hacer,
al tiempo que impide a los feligreses opositores participar".