JUAN CARLOS CHAVEZ
JCCHAVEZ@ELNUEVOHERALD.COM
Es una de las figuras más importantes de la oposición interna cubana y uno de los más conocidos en la comunidad internacional. Su historia es un ejemplo de valentía y compromiso, entrega y activismo pacífico.
Oscar Elías Biscet, el médico cubano que denunció sistemáticamente a las autoridades de la isla, fue excarcelado en julio del 2011. Salió libre en el marco de un acuerdo humanitario entre la Iglesia Católica cubana y el gobierno de Raúl Castro para mejorar las condiciones de los presos políticos.
Biscet estaba cumpliendo una condena de 25 años desde el arresto masivo, en el 2003, de 75 disidentes, una ola represiva conocida como la Primavera Negra. Muchos creyeron que su excarcelación sería el inicio de una mayor exposición pública.
Pero los hechos mostraron una realidad distinta: Biscet optó por un perfil discreto, no apareció en las distintas iniciativas de cambio anunciadas por otros disidentes y su imagen pasó casi desapercibida en el 2012.
No fue sino hasta hace unos días que reapareció ante la prensa y la opinión pública. Lo hizo con una propuesta llamada Proyecto Emilia, declaración que rechaza todas las partes del gobierno comunista como “ilegítimas” y defiende la apertura democrática. Con el tiempo la iniciativa podría abrir las puertas al nacimiento de un partido político, según Biscet.
“He trabajado en silencio, pero siempre con el objetivo de construir un futuro de libertad para Cuba”, comentó Biscet en una entrevista telefónica con El Nuevo Herald desde su casa en La Habana.
Sereno y de voz pausada, explicó que ha necesitado de algún tiempo para recuperarse de las torturas recibidas en prisión. Dijo que no ha dejado de manifestarse por los derechos y las libertades del pueblo cubano.
“Este proyecto [Emilia] que hemos logrado consolidar es un buen ejemplo de ello”, declaró Biscet. “Fueron meses de trabajo, de pensar cómo debía ser escrito y quiénes tenían que participar. Y eso se hizo así, como muchas otras cosas que no se pueden decir tampoco, pero es un trabajo intenso”.
Biscet, fundador de la Fundación Lawton por la Democracia y los Derechos Humanos, acusó al gobierno cubano a mediados de la década de 1990 de permitir y encubrir abortos. Fue encarcelado de 1999 a fines del 2002. Estuvo libre por 37 días cuando volvieron a arrestarlo. El ex presidente George W. Bush le concedió en ausencia la Medalla Presidencial de la Libertad, en el 2008.
En la presentación del Proyecto Emilia, Biscet nombró a siete de las primeras personas que firmaron la declaración. Los identificó como cubanos que se habían mantenido activos en grupos disidentes y de derechos humanos. En la lista quedó clara la ausencia de figuras reconocidas de la oposición.
Biscet indicó que había hecho una invitación a toda la disidencia para que se uniera progresivamente al llamado, pero algunas voces opositoras no están muy seguras de hacerlo.
¿Es acaso una señal de distanciamiento entre Biscet y algunos de los sectores más representativos de las filas disidentes?
José Daniel Ferrer García, fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), afirmó que cada opositor tiene libertad de escoger el camino que le parezca en su lucha por la libertad de Cuba. Sin embargo añadió que es importante entender que cuando uno busca apoyo colectivo para fortalecer una iniciativa “la solidaridad con solidaridad se paga”, explicó
Hay una realidad y esta se aplica a Biscet y otros líderes. Cuando ellos hacen un llamamiento, convocan a todo el mundo; pero ellos, al mismo tiempo, son difíciles de convocar”, apuntó Ferrer. “Uno se solidariza con una idea importante y beneficiosa para la patria, y tú esperas la misma solidaridad en otro momento. Por eso el Proyecto Emilia carece de figuras conocidas, aparte de Biscet, que es un gran patriota y ha demostrado un valor y una firmeza extraordinarias”.
En años recientes varios activistas han lanzado o relanzado sus iniciativas para el cambio con el respaldo mayoritario de importantes figuras de la oposición, pero en más de una oportunidad el nombre de Biscet ha sido uno de los grandes ausentes. .
Dagoberto Valdés, activista laico y director de la revista digital independiente Convivencia, declaró que lo más importante y saludable para el futuro de Cuba no es el protagonismo de una persona sino aprender la necesidad de “articularse” e “incluirse” en la sociedad civil cubana.
“Por respeto no evalúo en público a nuestros hermanos de la oposición y porque cada cual actúa siguiendo su consciencia”, señaló Valdés desde Pinar del Río. “Biscet es mi amigo y hermano en la fe, esa es mi opinión y lo admiro mucho. No es una evaluación, sino un criterio general sobre su persona”.
Elizardo Sánchez Santa Cruz, director de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), radicada en La Habana, declaró que la imagen de Biscet se ha mantenido fuerte y eso, en buena cuenta, es lo que debe primar, explicó.
“Es un hombre valiente y muy lúcido que ha estado muchos años en prisión”, subrayó Sánchez. Agregó que la tendencia de los grupos opositores en Cuba debe ser la concertación y convergencia mutua. En ese contexto Sánchez mencionó el esfuerzo de UNPACU y el Foro Antitotalitario Unido, que dirige el ex preso político Guillermo Fariñas, en el oriente de la isla.
Recientemente ambas organizaciones unieron fuerzas para obligar a las autoridades a que permitan la libre participación de la sociedad civil y el debate de ideas, entre otros. Tanto UNPACU como el Foro luchan diariamente contra los obstáculos a la libertad de reunión y la política de cero tolerancia ante las manifestaciones pacíficas.
Una parte importante de las detenciones y la violencia contra la oposición cubana ocurre en la zona oriental de Cuba, históricamente distanciada de cualquier gobierno de La Habana. La política de acoso también ha aumentado en la provincia central de Villa Clara, un foco de oposición al sistema comunista de la isla.
Fariñas, Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2010, comentó que Biscet es uno de los opositores más emblemáticos que tiene Cuba. Negó que hubiera un distanciamiento entre el médico de 51 años y otros sectores de la oposición.
“Hay personas que esperaban ver a Biscet haciendo desobediencia civil en las calles como estaba acostumbrado hasta el año 2003, pero ahora se ha concentrado más en otras actividades que son puertas adentro y está en todo su derecho”, detalló Fariñas. “Desde el punto de vista personal tiene excelentes relaciones con la mayoría, para no decir con todos”.
fuente
http://www.elnuevoherald.com/2013/01/26/1392446_p2/el-silencio-del-disidente-cubano.html#storylink=cpy