Esta fue una de las preguntas que envió YucaByte a Brett Perlmutter,
encargado de Google Cuba. Las violaciones de los derechos digitales de
los cubanos y la censura del gobierno sobre internet, desde las
protestas del pasado 11 de julio, han incluido el bloqueo al acceso de la ciudadanía a plataformas propias de Google, como Youtube. La megaempresa tecnológica, que mantiene su presencia en la isla, no se ha pronunciado al respecto.
También, en la solicitud de entrevista, se preguntó si la compañía
tenía intenciones de establecer alguna postura o hacer declaraciones
sobre las violaciones de derechos humanos cometidas durante las
protestas populares del 11 de julio, algo que hizo el gigante tecnológico Microsoft
en un comunicado de inicios de agosto de 2021. Además, se solicitó
información sobre los proyectos conjuntos vigentes de Google con el
gobierno cubano.
Hasta el momento de esta publicación, YucaByte no ha recibido respuesta alguna.
Google, al calor del deshielo
La relación de Google con Cuba comienza a estrecharse en 2013, cuando
la compañía tecnológica se acercó a líderes de opinión de la incipiente
sociedad civil independiente de la isla. Estos primeros pasos de su
presencia en Cuba, según Google, tenían el objetivo final de garantizar
la universalidad del acceso a la información, en un momento en que el
régimen de La Habana apenas abría las puertas de internet a la
población.
“Cuba es el país de los desconectados, y no se trata de una metáfora:
somos el país del hemisferio occidental con menos índice de acceso a
internet”, dijo entonces la periodista Yoani Sánchez en una conferencia
auspiciada por Google, en el marco de sus primeros acercamientos a la
isla. En el encuentro, además, Yoani mencionó el tema de los altos
precios de los servicios de internet en Cuba y aludió a la censura
ejercida por el gobierno en la web.
Aquellos primeros momentos no parecieron del agrado del gobierno. A
inicios de 2014, por ejemplo, el sitio oficial Cubadebate se alarmaba
ante la intención de Google de lanzar 180 pequeños satélites para dar
acceso a internet a zonas del mundo donde no existía la infraestructura
necesaria para conectar a la ciudadanía. Junto a Cubadebate, el
Ministerio de Comunicaciones (Mincom), reaccionó acusando a la empresa
de querer expandirse para almacenar y vender metadatos de sus nuevos
usuarios, entre los que podían encontrarse los cubanos.
Según Cubadebate,
en 2014, las limitantes de acceso a internet en la isla se debían solo a
cuestiones económicas y tecnológicas, ambas responsabilidades del
embargo estadounidense. De tal forma, continuaba el artículo, Google
poco podía aportar al desarrollo de las Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TICs) en Cuba en comparación con lo que ya tenía
proyectado implementar el gobierno cubano en esta materia.
Además, aseguró Cubadebate, el gobierno cubano no ejercía censura ni
prohibición alguna en el acceso a sitios web por razones políticas.
A mediados de aquel año, el entonces director ejecutivo de Google,
Eric Schmidt, viajó a La Habana en compañía de otro directivo de la
empresa, Brett Perlmutter, quien sería el encargado de Google Cuba, el
apartado de la compañía encargado de velar y desarrollar su presencia en
la isla. En aquella ocasión, Schmidt dijo estar en contra del embargo estadounidense y a favor de un acercamiento entre la Casa Blanca y el gobierno cubano.
Pocos meses después, con el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas entre ambos países impulsada por Barack Obama, las
aspiraciones del empresario se hicieron realidad.
¿Cuál era el panorama del acceso a internet en Cuba que encontró Google una vez se oficializó el “deshielo”?
Según una publicación de The Washington Post,
realizada a solo un día de las declaraciones conjuntas de Raúl Castro y
Barack Obama, a finales de 2014 solo el 5% de los residentes en Cuba
tenían alguna manera de acceder a internet. Tras el anuncio del
restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos,
continuó el medio estadounidense, la Casa Blanca buscaría flexibilizar
sus políticas en materia de telecomunicaciones con la isla, de manera
que permitiera “ayudar a más cubanos a comunicarse entre sí y con el
mundo exterior”.
El texto también alude a que el “deshielo” permitiría la venta de
bienes y servicios, con tecnologías que incluirían desde teléfonos
móviles hasta computadoras y enrutadores inalámbricos de internet. Para
entonces, Cuba representaba para “funcionarios de comercio de la
administración Obama” un mercado potencial de telecomunicaciones que, en
verdad, era “más simbólico que rentable”.
Por esas fechas, el entonces presidente y director ejecutivo de
Consmuer Electronic Association, Gary Shapiro, expresó que las TICs en
Cuba servirían para “democratizar el acceso a la información y brindar
nuevas esperanzas para promover la democracia y los derechos humanos”.
El desarrollo y mayor presencia de las TICs en la isla auguraban, hasta
cierto punto, una apertura política. En ese escenario, Google era la
compañía tecnológica que más esfuerzos hacía por introducirse en Cuba.
Según un texto de Yoani Sánchez, publicado en The Huffington Post en aquel año, Google parecía estar interesada en el periodismo independiente y tener un compromiso con los internautas cubanos.
Los aires democráticos que esperaban algunos con una mayor facilidad
de acceso a internet en la isla encontraron resistencia en las más altas
esferas políticas del país. En 2015, ejecutivos de Google propusieron
al gobierno cubano aumentar la velocidad de conexión a internet de los
ciudadanos mediante un proyecto que buscaba ofrecer acceso a la web a
través de conexiones inalámbricas a los teléfonos móviles de forma
directa. En una entrevista ofrecida al medio OnCuba, el propio Perlmutter declaró:
“Mucha gente nos ve solo como el buscador, pero somos una de las
empresas de infraestructura más grande del mundo y podemos hacer que
crezca la infraestructura del país. Cuba tiene la gran oportunidad de
saltar en su infraestructura directo a móvil sin pasar por todo el
camino del cableado”.
También por esas fechas, mientras ocupaba el cargo de segundo
secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón
Machado Ventura expresó al diario oficial Juventud Rebelde:
“Existen algunos que nos lo quieren dar gratis [internet], pero no lo
hacen con el fin de que el pueblo cubano se comunique, sino con el
propósito de penetrarnos y hacer trabajo ideológico para lograr una
nueva conquista. Tenemos que poseer internet, pero a nuestra forma,
sabiendo que es una intención del imperialismo manejarlo como una vía
para destruir la Revolución.”
A pesar de los recelos del gobierno, Google continuó consolidando su presencia en Cuba. En marzo de 2016 abrió su primer centro tecnológico en la isla,
en el estudio del artista plástico y entonces diputado de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, Alexis Leyva (Kcho). Este centro,
Google+Kacho.Mor, fue también el primer sitio de internet público
inalámbrico gratis en Cuba. La velocidad de conexión en este sitio, en
teoría, superaba la de las 60 zonas Wifi que existían en el país. Según
Kcho, aquel era solo “el primer paso” en las relaciones de Google con
Cuba. Por esas fechas, la agencia AP intentó entrevistar a Perlmutter
para saber de los planes de la empresa estadounidense y sus proyectos
con el monopolio de las telecomunicaciones en Cuba, ETECSA, pero este se
negó a hablar del tema.
En los meses finales de la administración Obama, el tema de las telecomunicaciones se volvió neural en la proyección de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos. El propio Obama, en el discurso ofrecido en el teatro Alicia Alonso, hizo un llamado al régimen para abrirse a internet.
“El internet es uno de los mayores motores de crecimiento en la
historia de la humanidad (…) Si [el pueblo cubano] no puede acceder a la
información en línea, si no puede estar expuesto a diferentes puntos de
vista, no alcanzará su máximo potencial y, con el tiempo, los jóvenes
perderán la esperanza”, expresó el expresidente estadounidense. En ese
momento el Banco Mundial estimaba que solo el 30% de la población tenía,
de alguna forma, posibilidad de conectarse a internet.
Si bien desde las protestas del 11 de julio de 2021 Google ha evitado
hacer declaración alguna al respecto, en los tiempos finales de la era
Obama sí realizó comunicados oficiales sobre sus relaciones con Cuba. En
octubre de 2016, por ejemplo, anunció que apoyaría el desarrollo de la infraestructura en telecomunicaciones en la isla.
“Hoy damos el siguiente paso en nuestro camino hacia el objetivo de
lograr que la tecnología sea más accesible para los cubanos al crear
extensiones y temas gratuitos en el navegador Chrome. Los usuarios en
Cuba ya pueden acceder al Chrome Web Store”, publicó Google, a la vez
que aseguró que con mejor acceso a internet se liberaría “la creatividad
y el ingenio del país”. Sobre la apertura democrática que podría traer
el acceso a la red de redes y sobre la censura ejercida por el gobierno
cubano no emitió criterios.
Google, sobreviviente del fin del deshielo
Una vez terminó la administración Obama y comenzaron las tensiones
políticas entre el gobierno de Donald Trump y el régimen cubano, las
relaciones entre empresas estadounidenses y el régimen de La Habana
parecían condenadas al fracaso. En cierto punto, Google se sobrepuso a
ello y mantuvo su presencia en la isla, cada vez más consolidada.
Desde finales de 2016, Google anunció que instalaría servidores suyos
en la isla, que permitirían incrementar la velocidad y calidad de
conexión, aunque solo para acceder a contenidos como Google Drive,
Youtube y Gmail.
El anuncio fue dado luego de que la compañía tecnológica firmara un
convenio de cooperación con ETECSA. Según la declaración oficial del
convenio, Google permitía a ETECSA “utilizar nuestra tecnología para
reducir la latencia al entregar localmente algunos de nuestros
contenidos más populares”. Un reporte de BBC explicó
entonces que, a la vez que el gobierno cubano se entendía con Google,
rechazaba “la posibilidad de que empresas estadounidenses ayuden a crear
una red de conexión moderna, aludiendo a razones de seguridad
nacional”.