twiteros cubanos libres

martes, 8 de mayo de 2012

#Caracas Tiroteo cerca del Palacio de Justicia


Tiroteo cerca del Palacio de Justicia genera terror en los trabajadores



Caracas, 8 de mayo de 2012 - De acuerdo con el diario de circulación nacional Últimas Noticias, una fuente del Palacio de Justicia informó que detonaciones de balas han perpetrado en el edificio en los pisos 1,2 y 3
Presuntamente una asistente tribunalicio de la sala 3 de la corte de apelaciones resultó levemente herida cuando un disparo rompió los vidrios de una ventana y estos cayeron sobre la joven.
Hasta los momentos, extraoficialmente se conoció que los cuerpos de seguridad no permitieron que nadie saliera del lugar para así evitar heridos mayores pues los locales comerciales de los alrededores también resultaron afectados.

Problemas con el Trasporte de #cuba


Problemas con el Trasporte

Rubén Carty Lowe

La transportación de pasajeros acapara la atención de todos los cubanos, manifestó un Inspector en la vía Pública que prefirió el anonimato al conversar con este reportero.

Señalo que alrededor de 56,226 personas dueños de autos de alquiler tienen licencia para trasportar pasajeros en La Habana.  El pueblo se queja sobre el precio de los pasajes, éstos están entre 10 y 20 pesos moneda nacional.

Imposible pagar todos los días ese dinero para ir al trabajo, si se quiere llegar temprano al mismo, teniendo en cuenta el alto costo de la vida en Cuba, los problemas económicos los cuales acaparan la atención nacional.

Por otra parte el Gobierno Cubano atraviesa por una difícil situación, según dijo el Ministro de Trasporte Cesar Ignacio Arocha  al Periódico Granma del Partido Comunista de Cuba.

La falta de piezas de repuestos y infraestructura en las inversiones al sector de los Ferrocarriles de Cuba, el Trasporte Automotor y el Sector Marítimo, influye  el tema de los combustibles debido al alza del precio en el mercado internacional.

No obstante los problemas señalados por el ministro del trasporte se transporto 900 mil toneladas de carga a lo largo del País. Según agrega el Ministro del las provincias de La Habana, Camagüey y Holguín incumplieron sus planes económicos del 2011.

Un pasajero refuto los problemas del trasporte cuando dijo que Cuba recibe diariamente de Venezuela alrededor de 100,000 mil barriles diarios de Petróleo, los cuales son refinados en la Refinería de la provincia de Cienfuegos, lo cual es imposible que existan tantos problemas.


carty_lowe@yahoo.es

#HARVARD La mala palabra nueva

Ciertamente, el cardenal Jaime Ortega Alamino perdió otra excelente oportunidad de permanecer callado, cuando respondió de la peor forma la pregunta hecha por periodistas en Boston sobre un grupo de disidentes que se encontraban plantados en la iglesia de La Caridad en la calle Manrique en Centro Habana.
El cardenal Ortega opinó o emitió una irrespetuosa opinión sobre aquel grupo al que calificó de “pésimos antecedentes y muy bajo nivel cultural”. Quizás el cardenal pasa por alto que algunos entre sus socios coyunturales en el gobierno cubano son personas de peores antecedentes que los disidentes que rechazó en su condena. Entre esas personas del gobierno, a las que el cardenal sirve, hay ex cuatreros, ex transportistas de marihuana y ex estafadores, entre otros violadores de leyes vigentes en el resto del mundo, redimidos o aparentemente redimidos por su actuar político. Quizás se trata de que lo semejante atrae lo semejante y es posible que en esa UMAP donde se juntaron tantos justos con pecadores, el lugar del cardenal haya estado entre los pecadores y no exactamente entre los justos. ¡Vaya usted a saber!
Si se tiene en cuenta que en la actualidad, monseñor Ortega maneja una gestión inmobiliaria con todos los visos de ser otro negocio más, fronterizo con lo ilegal en estos tiempos de corrupciones, inspecciones, cuentapropismo y “actualización del modelo económico”, uno se pregunta: ¿Por qué monseñor ha sido tan severo en sus juicios condenatorios? ¿Por qué exige a estos disidentes de a pie el nivel cultural y los antecedentes prístinos que no precisa para su trato con los funcionarios de cárceles y prisiones, que no se distinguen precisamente por su ilustración o por sus modales formales?
El cardenal pronunció allá en Boston la mala palabra nueva contra trece disidentes de a pie. Aunque sea bendecido con el perdón romano, el eco de tanta iniquidad lo acompañará siempre.
Nota del Editor: Esta es una de las tantas informaciones que sobre la Iglesia católica y el Cardenal han aparecido en la red. La mayoría de las opiniones son críticas. Es por eso que estamos pidiendo, a fin de mantener un balance en las informaciones, que nos envíen alguna nota o articulo o dirección URL de alguna información que en modo alguno exprese alguna opinión a favor del desempeño del Cardenal y la Iglesia.

Adiós Sindicato y que (no) te vaya bien


Daisy Valera
Foto: ecured.cu
HAVANA TIMES, 7 mayo — Pediré mi baja del Sindicato el próximo 15 de mayo, no pudo ser el primero.
Ya en esos informes evaluativos que me hacen cada 3 meses no dirá: interesada en las labores sindicales.
Les juro que estaba sinceramente interesada en trasformar mi pésimo almuerzo del comedor obrero en 15 pesos diarios.
Pasa que tengo un dedo fracturado y no estoy de humor para visitas.
¿Visitas de quién? De un compañero del sindicato, por supuesto.
¿Viene a comprobar la inflamación de mi dedo o a desearme una rápida recuperación? No lo sé.
No se me da muy bien lidiar con incertidumbres, prefiero cortar por lo sano: adiós aguerrido Sindicato de los Trabajadores, bye-bye Central de Trabajadores de Cuba.
El compañero que me visitara creo que es un militar retirado y miembro del PCC, de apariencia amable pero no nos conocemos.
No estoy de humor para visitas de extraños, no es nada personal.
Dicen las malas lenguas que no hay nada más parecido al sindicato que la administración. Usted elige creer el chisme o no.
Por lo pronto dejo de romperme la cabeza pensando hacia dónde va el dinero que entrego mensualmente por pertenecer a esa organización.
Me libro del pesimismo, les aseguro que las reuniones sindicales pueden ser dolorosas:
-No nos quejemos por esto que no se va a solucionar
-No compraremos aquello porque no hay presupuesto
-Tal vez para el año que viene.
Hay excepciones, por supuesto.
Nota: No se me olvida que somos un país bloqueado.
¿Qué papel han jugado los sindicatos ante el crecimiento instantáneo de disponibles/desempleados?
Persuadir, convencer.
No me siento cómoda cuando se cumplen indicaciones en lugar de luchar por reivindicaciones.
Me irrita cuando la barrera entre lo laboral y lo privado se diluye hasta convertir la casa en una extensión del centro de trabajo.
Me desespera la desprotección de muchos trabajadores en esta Isla.
Así que digo adiós. Es increíble lo que puede hacer una amenaza de visita.

CONDENAN A ANCIANA POR LLEVAR MEDICINAS A SU HIJO PRESO


Anciana condenada a siete años por llevar medicina a su hijo preso
[08-05-2012]
Dania Virgen García
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- En la prisión del Combinado del Este, el recluso Eduardo Prats Gómez, quien vive en el edificio dos, cuarto norte, refiere que en una visita familiar, que le hizo su anciana madre le fueron descubiertos dos frascos de Carbamazepina, por lo que fue sancionada a siete años de privación de libertad.

Según el recluso, el jefe de orden interior le había manifestado que su madre podía traerle la medicina que le indicaron por los médicos por ser epiléptico, ya que no había en existencia en el penal.

Osoria Gómez Soto, madre del recluso, quien tiene 75 años de edad, se encuentra recluida en el centro penitenciario de mujeres del Guatao, por el delito de “ocupación de drogas. La anciana presenta varias enfermedades producto de su edad. Su hijo ha reclamado al DTI, y al departamento 21 de la Seguridad del Estado, donde el teniente Tomás se comprometió investigar el caso, pero hasta ahora no ha cumplido su promesa.

Prats suplica que el caso de su madre sea analizado, ya que desde que está en prisión está muy mal de salud.

Refiere la fuente que el encarcelamiento de su madre ha agravado su situación, que era crítica. Asegura que las autoridades carcelarias lo han maltratado en varias ocasiones por ser homosexual, ya que en la prisión los guardias son muy homofóbicos. Muchos presos homosexuales son trasladados a prisiones en otras provincias como represalia. Algunos llegan a auto agredirse y suicidarse por no aguantar las torturas físicas y sicológicas a que son sometidos.

Líder Sindical o Stajanovita?

Líder Sindical o Stajanovita?
Por Samuel Farber*

HAVANA TIMES — En los años treinta, en el apogeo del terror estalinista,
un minero ruso llamado Aleksei Grigorievich Stajanov, se hizo famoso – e
infame – por haber supuestamente extraído 102 toneladas de carbón en
menos de 6 horas, excediendo así su cuota por un factor de 14.

Bajo la dirección e impulso del Partido Comunista de la URSS, y por
supuesto con el apoyo de los sindicatos totalmente controlados por el
gobierno, un movimiento stajanovita se extendió a todas las industrias
forzando competencias de súper producción entre los obreros.

El Stajanovismo dejó un sabor muy amargo en la cultura política de la
URSS y del Este de Europa como lo refleja Andrzej Wajda, el conocido
director de cine polaco, en su inolvidable película El Hombre de Mármol.

Fue esa figura casi mítica de Stajanov la que me vino a la mente cuando
leí el discurso del primero de mayo y la entrevista realizada por
Trabajadores (29 de abril de 2012), con Salvador Valdés Mesa, secretario
general de la CTC y miembro del Buró Político del PCC.

En realidad, Valdés Mesa sonaba mucho más como el Jefe de Personal del
estado cubano que como un líder sindical si asumimos que los sindicatos
existen para defender los intereses de los obreros aún en un estado
supuestamente socialista.

Si bien en la entrevista, Valdés Mesa mencionó casi de pasada el
mejoramiento de las condiciones de trabajo y de bienes de consumo para
los trabajadores como una meta de la CTC, ni siquiera tocó ese tema el
primero de mayo.

Es claro que el tema dominante de ambas alocuciones fue exigirles a los
trabajadores cubanos que trabajen más duro y más productivamente.

Cualquier líder obrero legítimo hubiera pedido un aumento de salario por
lo menos para que los trabajadores cubanos pudieran protegerse del
ininterrumpido ascenso de los precios. Pero de eso nada, con Valdés Mesa.

Sin ambages ni titubeos declaró que no habrá aumento de salarios
"mientras que el país, con las medidas que se adoptan, no logre
desinflar plantillas, eliminar gratuidades y subsidios indebidos, que
conspiran contra la elevación de la productividad del trabajo."

El susodicho líder ni siquiera demandó una mejora del notoriamente
deficiente transporte público para que los obreros puedan llegar
puntualmente al trabajo y así contribuir al aumento de productividad.

Ni tampoco les exigió a los administradores que compartan los
sacrificios de los obreros y que se comporten también productivamente.

Eso sí: el líder de la CTC defendió el sistema de pago a destajo ("por
resultados de trabajo") rechazando así el bien establecido principio
sindicalista opuesto al pago a destajo a favor de la remuneración por
tiempo trabajado.

El "principio de distribución socialista" es invocado por Valdés Mesa
así como por Raul Castro y otros líderes comunistas cubanos para
justificar el pago a destajo.

Pero la "distribución socialista" se refiere al pago conforme al trabajo
(a diferencia de la distribución comunista que se basa en las
necesidades de la gente) lo qué no implica necesariamente el pago a
destajo. La remuneración conforme al trabajo se puede establecer fácil y
perfectamente contando las horas, días, o semanas que los obreros han
laborado.

Es obvio que en contraste con el pago a destajo, desde el punto de vista
de los trabajadores el pago por tiempo trabajado constituye una defensa
elemental contra la superexplotación patronal, en este caso con el
estado actuando como patrón.

Además, el pago por tiempo trabajado es más compatible con el desarrollo
de la solidaridad entre los obreros, mientras que el pago a destajo
estimula la competencia entre los trabajadores. ¿Puede haber duda alguna
de cuál sería la preferencia de una sociedad y economía socialista
verdaderamente controlada por los obreros a diferencia de un estado
patronal como el cubano?

Valdés Mesa rechaza también el derecho de antigüedad. Los sindicatos
genuinos han insistido, a través de la historia del capitalismo, en la
prioridad de los trabajadores más antiguos no solo para defender a los
más viejos, quienes obviamente tendrían más dificultad en conseguir otro
empleo, sino también para proteger a todos los trabajadores del
favoritismo y las arbitrariedades de los supervisores y patronos.

Pero Valdés Mesa rechaza la antigüedad – e ignora cualquier otra medida
para proteger los empleos de trabajadores negros y mujeres – en aras de
la "idoneidad", precisamente el criterio favorecido por los grandes
empresarios de los países capitalistas cuando están por despedir a
trabajadores.

Por ejemplo, el multimillonario Michael Bloomberg, alcalde de Nueva
York, la ciudad donde vivo, ha emprendido una gran campaña para despedir
a maestros de escuelas públicas independientemente de la antigüedad que
poseen, supuestamente para que sean los maestros mas "idóneos" los que
permanezcan en las aulas. Pero la agenda verdadera detrás de todo esto
es atacar al sindicato de maestros y debilitar la solidaridad entre sus
miembros.

¿Y en todo caso, cómo se establece la "idoneidad" en Cuba? Según se
decidió en el 2010, ésta será la tarea de un "Comité de Expertos" electa
(sin voto secreto) en asambleas generales de trabajadores, a las cuales
se someterá una planilla de candidatos confeccionada conjuntamente por
la administración de la empresa y el sindicato oficial.

No es difícil entender que dada la situación política en Cuba, dicho
votos sean puramente cosméticos. Vale la pena notar que el gobierno ha
excluido de la jurisdicción del Comité de Expertos cualquier decisión
que afecte a administradores y a cuadros y líderes políticos.

El status laboral de dichas personas será decidido por las instituciones
y autoridades que los hayan nombrado o elegido.

Es evidente que no muchos trabajadores cubanos ven a la CTC oficialista
como un sindicato auténtico y como un instrumento "idóneo" para la
defensa de sus intereses dentro o fuera de sus centros de trabajo, lo
que Valdés Mesa reconoce implícitamente cuando admite, en la entrevista
en Trabajadores, que "hay trabajadores que no creen en el sindicato."

Tiene sentido que por esta y otras razones al secretario general de la
central sindical le preocupe que la CTC tenga la "capacidad de ser
protagonistas de la actualización del modelo económico".

Esto es lo que ha llevado a la CTC a organizar a los cuentapropistas;
los líderes sindicales ya proclaman que han reclutado a sus filas a la
gran mayoría de estos.

Aunque todavía no sabemos a ciencia cierta lo que la CTC va a hacer con
los cuentapropistas (muy aparte del hecho que solo una minoría de estos
son obreros de pequeñas empresas privadas y que la gran mayoría son
propietarios, aunque sea de pequeños negocios), ¿puede caber alguna duda
que se trata principalmente de controlarlos como ha sido el caso con los
obreros del estado?

Queda muy claro que la CTC y sus afiliados no son sindicatos auténticos
sino representantes y aliados del estado patrón.

Queda también claro que nunca ha sido tan necesario un sindicalismo
independiente como en la presente transición hacia un nuevo modelo de
explotación que puede llevar a numerosas protestas de campesinos y
obreros, como ha ocurrido en China.

¿Qué rumbo tomará la naciente izquierda independiente en Cuba con
respecto a este asunto tan importante?
—–

(*) Samuel Farber nació y se crió en Cuba y es el autor de numerosos
artículos y libros sobre la isla incluyendo su más reciente Cuba Since
the Revolution of 1959. A Critical Assessment (Haymarket Books, 2011)

http://www.havanatimes.org/sp/?p=63532

Fuente: http://dhcuba.blogspot.com/2012/05/lider-sindical-o-stajanovita.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+DerechosHu

Malvinas y los Juegos: vale todo,por Beatriz Sarlo


LA NACION
Es suficiente con que tengan algún éxito el fútbol, el tenis cuando se juega la Copa Davis o el hockey desde que Las Leonas comenzaron a traer victorias para que se despierten pasiones nacionalistas. Imposible mirar tranquilamente un partido cualquiera de un deporte cualquiera, porque el murmullo nacional acompaña a los buenos, a los malos y a los mediocres. La bandera es nuestra camiseta o viceversa.
Durante los próximos Juegos Olímpicos de Londres, todo el país va a interesarse por disciplinas que, terminada la competencia, volverán al cono de sombras que ocupan los atletas en sus provincias o en el Cenard. Pero durante esas semanas seremos expertos en salto con garrocha, carreras, remo, gimnasia, natación, jabalina, disco y esgrima.
Podrá decirse que esto sucede en todo el mundo. Es cierto. Pero que suceda en todas partes no exime de considerar críticamente los brotes locales de nacionalismo. El uso universal de los sentimientos nacionales lleva a analizar sus dispositivos simbólicos país por país. El nacionalismo cumple funciones específicas y llena vacíos humillantes en una nación, como la Argentina, que cultiva el irredentismo como una peligrosa flor que utilizan las dictaduras y los gobiernos democráticos.
Esto se ve muy claro en el caso Malvinas: invadidas por Galtieri, a nadie le importó mucho que se tratara de la última aventura de un gobierno terrorista; se festejó la toma de las islas, junto con el dictador, en la Plaza de Mayo. Hoy, gracias a que hemos aprendido de la derrota, nadie piensa en invadirlas, pero el canciller acaba de mandar mensajes hostiles a su par de Gran Bretaña. Habilidoso en la costumbre local de hacer política por los medios, Timerman cree que puede seguir cultivando esa afición criolla cuando le habla al gobierno británico.
No perder jamás la iniciativa mediática, producir las noticias y garantizar que ellas se difundan: tal el estilo CFK, que imprimió un “giro lingüístico” a la política. Gana quien tiene la iniciativa en el discurso y define el vocabulario con que se habla de las cosas. Por eso, se cultivan las efemérides, las inauguraciones, los anuncios de lo que sea, sin una jerarquía especial. A veces son hechos importantes, como YPF; a veces, sólo ponen en práctica la idea de que a cada día corresponde un discurso, como si se tratara del santoral del Poder Ejecutivo.
El cristinismo considera que su presencia en el gobierno garantiza por sí sola el derecho y la justicia de cualquier intervención. No se atiene a leyes ni a costumbres, porque las funda, les da existencia, y por eso mismo las vuelve universales.
Algo de este orden sucedió con el corto publicitario filmado en las islas Malvinas. Es un buen producto de montaje y, por eso mismo, sostiene con eficacia el mensaje que se le agregó: “Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”. La sucesión de planos rápidos, en los que el paisaje está siempre bien definido, permite que quien vea el corto no piense por qué ese hombre está corriendo sobre la nieve hasta caer exhausto. Por el contrario, el espectador sólo recibe el mensaje del “esfuerzo” y del “lugar”. La inscripción final cierra todo.
En 1934, la talentosa cineasta Leni Riefenstahl, amiga de Hitler, filmó en Nuremberg la jornada final del Congreso del Partido Nazi. La ciudad ya había sido elegida para trazar un eje pangermánico que terminaría en Berlín: el camino del Reich. En Nuremberg se construyeron impresionantes instalaciones para las grandes convocatorias del Partido. Alexander Kluge las filmó en 1961. El título de esa película, un corto de 12 minutos en blanco y negro, es Brutalidad en piedra . Tanto el título como los planos estáticos y desiertos de Kluge son estremecedores. Esos planos no son breves, no atropellan al espectador, sino que le dejan tiempo para pensar. Entre la película de Riefenstahl y la de Kluge corre una línea, pero quebrada: la celebración del nazismo y su crítica más radical.
En 1936, Riefenstahl volvió a hacer una película para los nazis: Olympia , sobre los juegos que tuvieron lugar en Berlín. También es un film de montaje, impresionante, grandioso. Antes de esas Olimpíadas, muchas naciones y algunos comités olímpicos discutieron si era correcto competir en Alemania. Berlín había sido elegida en 1931, antes de que Hitler, que sacó el 43,9% de votos, formara gobierno en 1933. Cuando empezaron las discusiones, los nazis moderaron las campañas antisemitas y, finalmente, como en su momento la dictadura argentina, lograron que se mantuviera la sede: el imponente Olympia-Stadium, el mayor escenario de los juegos hasta entonces. Hoy puede visitárselo para comprobar la encarnación como signo arquitectónico de una voluntad política expansiva.
Antes de que comiencen los insultos, me apresuro a aclarar que estoy lejos de pensar que el gobierno de CFK tenga algo que ver con el nazismo. No me gustan las comparaciones donde toda la historia termina siendo lo mismo y donde lo verdaderamente interesante del presente se pierde en una nebulosa. Lo que la historia enseña es que las cosas son siempre diferentes. Pero esas diferencias deben ser tenidas en cuenta, no pasadas por alto. Sobre todo, si siempre se está hablando de memoria.
La publicidad que el Gobierno compró a una agencia (cuyas condiciones de producción ya han sido difundidas), además de su mensaje explícito, transmite otras informaciones.
En primer lugar, que en nombre de la Argentina el cristinismo se considera autorizado a hacer cualquier cosa. A veces acierta y los aciertos deben ser reconocidos. Pero muchas veces se equivoca, sobre todo en el manejo de los símbolos, el campo en que se considera más experto. En nombre de la Argentina, al Gobierno le ha parecido adecuado comprar una publicidad filmada under cover . Como si un equipo británico hubiera filmado las peleas en un estadio de fútbol, las hubiera sometido a una edición astuta y hubiera presentado un corto publicitario con el título “These are the Argies”. Y el gobierno de su Majestad lo difundiera por la BBC, aunque esto le habría resultado medio difícil, dado que la BBC no se maneja desde Palacio por control remoto, como nuestro amado sistema de televisión pública.
En segundo lugar, porque las violaciones a los usos y costumbres de una filmación son demasiado flagrantes. Las Malvinas podrán ser argentinas para quienes sostienen esto, incluso con argumentos. Es decir, son argentinas para muchos argentinos, para su gobierno y para los países y pueblos que los acompañen con mayor o menor entusiasmo en los foros internacionales. Pero no son argentinas en el sentido en que un argentino puede ir allí a hacer lo que se le dé la gana ni, mucho menos, utilizarse, sin aviso, como escenario para una provocación defendida, pagada y difundida por el gobierno nacional, que presenta el caso como si se tratara de lo más normal del mundo. Si una empresa deportiva hubiera encargado el aviso, la cuestión sería diferente. Sería una transgresión más sencilla de explicar; tonta e inútil, por cierto, ya que paisajes así, elegidos bien por el encuadre, se encuentran en otros lugares.
Pero en este caso es el Gobierno el transgresor. ¿Alguien imagina un corto español, filmado en Gibraltar, donde se diga: “Entrenando en suelo español para competir en suelo británico”? Esa insensatez podría cometerla algún privado, pero nunca sería avalada por el Partido Popular, por el Partido Socialista, por la Izquierda Unida y, aunque no se ocupan de esas cuestiones, tampoco por los Indignados.
Los argentinos nos sentimos excepcionales y nos parecen normales las conductas regidas por el “vale todo”. El Gobierno, al difundir el corto malvinero, acaba de confirmarlo.
Fuente:LA NACION
Es suficiente con que tengan algún éxito el fútbol, el tenis cuando se juega la Copa Davis o el hockey desde que Las Leonas comenzaron a traer victorias para que se despierten pasiones nacionalistas. Imposible mirar tranquilamente un partido cualquiera de un deporte cualquiera, porque el murmullo nacional acompaña a los buenos, a los malos y a los mediocres. La bandera es nuestra camiseta o viceversa.
Durante los próximos Juegos Olímpicos de Londres, todo el país va a interesarse por disciplinas que, terminada la competencia, volverán al cono de sombras que ocupan los atletas en sus provincias o en el Cenard. Pero durante esas semanas seremos expertos en salto con garrocha, carreras, remo, gimnasia, natación, jabalina, disco y esgrima.
Podrá decirse que esto sucede en todo el mundo. Es cierto. Pero que suceda en todas partes no exime de considerar críticamente los brotes locales de nacionalismo. El uso universal de los sentimientos nacionales lleva a analizar sus dispositivos simbólicos país por país. El nacionalismo cumple funciones específicas y llena vacíos humillantes en una nación, como la Argentina, que cultiva el irredentismo como una peligrosa flor que utilizan las dictaduras y los gobiernos democráticos.
Esto se ve muy claro en el caso Malvinas: invadidas por Galtieri, a nadie le importó mucho que se tratara de la última aventura de un gobierno terrorista; se festejó la toma de las islas, junto con el dictador, en la Plaza de Mayo. Hoy, gracias a que hemos aprendido de la derrota, nadie piensa en invadirlas, pero el canciller acaba de mandar mensajes hostiles a su par de Gran Bretaña. Habilidoso en la costumbre local de hacer política por los medios, Timerman cree que puede seguir cultivando esa afición criolla cuando le habla al gobierno británico.
No perder jamás la iniciativa mediática, producir las noticias y garantizar que ellas se difundan: tal el estilo CFK, que imprimió un “giro lingüístico” a la política. Gana quien tiene la iniciativa en el discurso y define el vocabulario con que se habla de las cosas. Por eso, se cultivan las efemérides, las inauguraciones, los anuncios de lo que sea, sin una jerarquía especial. A veces son hechos importantes, como YPF; a veces, sólo ponen en práctica la idea de que a cada día corresponde un discurso, como si se tratara del santoral del Poder Ejecutivo.
El cristinismo considera que su presencia en el gobierno garantiza por sí sola el derecho y la justicia de cualquier intervención. No se atiene a leyes ni a costumbres, porque las funda, les da existencia, y por eso mismo las vuelve universales.
Algo de este orden sucedió con el corto publicitario filmado en las islas Malvinas. Es un buen producto de montaje y, por eso mismo, sostiene con eficacia el mensaje que se le agregó: “Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”. La sucesión de planos rápidos, en los que el paisaje está siempre bien definido, permite que quien vea el corto no piense por qué ese hombre está corriendo sobre la nieve hasta caer exhausto. Por el contrario, el espectador sólo recibe el mensaje del “esfuerzo” y del “lugar”. La inscripción final cierra todo.
En 1934, la talentosa cineasta Leni Riefenstahl, amiga de Hitler, filmó en Nuremberg la jornada final del Congreso del Partido Nazi. La ciudad ya había sido elegida para trazar un eje pangermánico que terminaría en Berlín: el camino del Reich. En Nuremberg se construyeron impresionantes instalaciones para las grandes convocatorias del Partido. Alexander Kluge las filmó en 1961. El título de esa película, un corto de 12 minutos en blanco y negro, es Brutalidad en piedra . Tanto el título como los planos estáticos y desiertos de Kluge son estremecedores. Esos planos no son breves, no atropellan al espectador, sino que le dejan tiempo para pensar. Entre la película de Riefenstahl y la de Kluge corre una línea, pero quebrada: la celebración del nazismo y su crítica más radical.
En 1936, Riefenstahl volvió a hacer una película para los nazis: Olympia , sobre los juegos que tuvieron lugar en Berlín. También es un film de montaje, impresionante, grandioso. Antes de esas Olimpíadas, muchas naciones y algunos comités olímpicos discutieron si era correcto competir en Alemania. Berlín había sido elegida en 1931, antes de que Hitler, que sacó el 43,9% de votos, formara gobierno en 1933. Cuando empezaron las discusiones, los nazis moderaron las campañas antisemitas y, finalmente, como en su momento la dictadura argentina, lograron que se mantuviera la sede: el imponente Olympia-Stadium, el mayor escenario de los juegos hasta entonces. Hoy puede visitárselo para comprobar la encarnación como signo arquitectónico de una voluntad política expansiva.
Antes de que comiencen los insultos, me apresuro a aclarar que estoy lejos de pensar que el gobierno de CFK tenga algo que ver con el nazismo. No me gustan las comparaciones donde toda la historia termina siendo lo mismo y donde lo verdaderamente interesante del presente se pierde en una nebulosa. Lo que la historia enseña es que las cosas son siempre diferentes. Pero esas diferencias deben ser tenidas en cuenta, no pasadas por alto. Sobre todo, si siempre se está hablando de memoria.
La publicidad que el Gobierno compró a una agencia (cuyas condiciones de producción ya han sido difundidas), además de su mensaje explícito, transmite otras informaciones.
En primer lugar, que en nombre de la Argentina el cristinismo se considera autorizado a hacer cualquier cosa. A veces acierta y los aciertos deben ser reconocidos. Pero muchas veces se equivoca, sobre todo en el manejo de los símbolos, el campo en que se considera más experto. En nombre de la Argentina, al Gobierno le ha parecido adecuado comprar una publicidad filmada under cover . Como si un equipo británico hubiera filmado las peleas en un estadio de fútbol, las hubiera sometido a una edición astuta y hubiera presentado un corto publicitario con el título “These are the Argies”. Y el gobierno de su Majestad lo difundiera por la BBC, aunque esto le habría resultado medio difícil, dado que la BBC no se maneja desde Palacio por control remoto, como nuestro amado sistema de televisión pública.
En segundo lugar, porque las violaciones a los usos y costumbres de una filmación son demasiado flagrantes. Las Malvinas podrán ser argentinas para quienes sostienen esto, incluso con argumentos. Es decir, son argentinas para muchos argentinos, para su gobierno y para los países y pueblos que los acompañen con mayor o menor entusiasmo en los foros internacionales. Pero no son argentinas en el sentido en que un argentino puede ir allí a hacer lo que se le dé la gana ni, mucho menos, utilizarse, sin aviso, como escenario para una provocación defendida, pagada y difundida por el gobierno nacional, que presenta el caso como si se tratara de lo más normal del mundo. Si una empresa deportiva hubiera encargado el aviso, la cuestión sería diferente. Sería una transgresión más sencilla de explicar; tonta e inútil, por cierto, ya que paisajes así, elegidos bien por el encuadre, se encuentran en otros lugares.
Pero en este caso es el Gobierno el transgresor. ¿Alguien imagina un corto español, filmado en Gibraltar, donde se diga: “Entrenando en suelo español para competir en suelo británico”? Esa insensatez podría cometerla algún privado, pero nunca sería avalada por el Partido Popular, por el Partido Socialista, por la Izquierda Unida y, aunque no se ocupan de esas cuestiones, tampoco por los Indignados.
Los argentinos nos sentimos excepcionales y nos parecen normales las conductas regidas por el “vale todo”. El Gobierno, al difundir el corto malvinero, acaba de confirmarlo.

Fuente:LA NACION
Es suficiente con que tengan algún éxito el fútbol, el tenis cuando se juega la Copa Davis o el hockey desde que Las Leonas comenzaron a traer victorias para que se despierten pasiones nacionalistas. Imposible mirar tranquilamente un partido cualquiera de un deporte cualquiera, porque el murmullo nacional acompaña a los buenos, a los malos y a los mediocres. La bandera es nuestra camiseta o viceversa.
Durante los próximos Juegos Olímpicos de Londres, todo el país va a interesarse por disciplinas que, terminada la competencia, volverán al cono de sombras que ocupan los atletas en sus provincias o en el Cenard. Pero durante esas semanas seremos expertos en salto con garrocha, carreras, remo, gimnasia, natación, jabalina, disco y esgrima.
Podrá decirse que esto sucede en todo el mundo. Es cierto. Pero que suceda en todas partes no exime de considerar críticamente los brotes locales de nacionalismo. El uso universal de los sentimientos nacionales lleva a analizar sus dispositivos simbólicos país por país. El nacionalismo cumple funciones específicas y llena vacíos humillantes en una nación, como la Argentina, que cultiva el irredentismo como una peligrosa flor que utilizan las dictaduras y los gobiernos democráticos.
Esto se ve muy claro en el caso Malvinas: invadidas por Galtieri, a nadie le importó mucho que se tratara de la última aventura de un gobierno terrorista; se festejó la toma de las islas, junto con el dictador, en la Plaza de Mayo. Hoy, gracias a que hemos aprendido de la derrota, nadie piensa en invadirlas, pero el canciller acaba de mandar mensajes hostiles a su par de Gran Bretaña. Habilidoso en la costumbre local de hacer política por los medios, Timerman cree que puede seguir cultivando esa afición criolla cuando le habla al gobierno británico.
No perder jamás la iniciativa mediática, producir las noticias y garantizar que ellas se difundan: tal el estilo CFK, que imprimió un “giro lingüístico” a la política. Gana quien tiene la iniciativa en el discurso y define el vocabulario con que se habla de las cosas. Por eso, se cultivan las efemérides, las inauguraciones, los anuncios de lo que sea, sin una jerarquía especial. A veces son hechos importantes, como YPF; a veces, sólo ponen en práctica la idea de que a cada día corresponde un discurso, como si se tratara del santoral del Poder Ejecutivo.
El cristinismo considera que su presencia en el gobierno garantiza por sí sola el derecho y la justicia de cualquier intervención. No se atiene a leyes ni a costumbres, porque las funda, les da existencia, y por eso mismo las vuelve universales.
Algo de este orden sucedió con el corto publicitario filmado en las islas Malvinas. Es un buen producto de montaje y, por eso mismo, sostiene con eficacia el mensaje que se le agregó: “Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”. La sucesión de planos rápidos, en los que el paisaje está siempre bien definido, permite que quien vea el corto no piense por qué ese hombre está corriendo sobre la nieve hasta caer exhausto. Por el contrario, el espectador sólo recibe el mensaje del “esfuerzo” y del “lugar”. La inscripción final cierra todo.
En 1934, la talentosa cineasta Leni Riefenstahl, amiga de Hitler, filmó en Nuremberg la jornada final del Congreso del Partido Nazi. La ciudad ya había sido elegida para trazar un eje pangermánico que terminaría en Berlín: el camino del Reich. En Nuremberg se construyeron impresionantes instalaciones para las grandes convocatorias del Partido. Alexander Kluge las filmó en 1961. El título de esa película, un corto de 12 minutos en blanco y negro, es Brutalidad en piedra . Tanto el título como los planos estáticos y desiertos de Kluge son estremecedores. Esos planos no son breves, no atropellan al espectador, sino que le dejan tiempo para pensar. Entre la película de Riefenstahl y la de Kluge corre una línea, pero quebrada: la celebración del nazismo y su crítica más radical.
En 1936, Riefenstahl volvió a hacer una película para los nazis: Olympia , sobre los juegos que tuvieron lugar en Berlín. También es un film de montaje, impresionante, grandioso. Antes de esas Olimpíadas, muchas naciones y algunos comités olímpicos discutieron si era correcto competir en Alemania. Berlín había sido elegida en 1931, antes de que Hitler, que sacó el 43,9% de votos, formara gobierno en 1933. Cuando empezaron las discusiones, los nazis moderaron las campañas antisemitas y, finalmente, como en su momento la dictadura argentina, lograron que se mantuviera la sede: el imponente Olympia-Stadium, el mayor escenario de los juegos hasta entonces. Hoy puede visitárselo para comprobar la encarnación como signo arquitectónico de una voluntad política expansiva.
Antes de que comiencen los insultos, me apresuro a aclarar que estoy lejos de pensar que el gobierno de CFK tenga algo que ver con el nazismo. No me gustan las comparaciones donde toda la historia termina siendo lo mismo y donde lo verdaderamente interesante del presente se pierde en una nebulosa. Lo que la historia enseña es que las cosas son siempre diferentes. Pero esas diferencias deben ser tenidas en cuenta, no pasadas por alto. Sobre todo, si siempre se está hablando de memoria.
La publicidad que el Gobierno compró a una agencia (cuyas condiciones de producción ya han sido difundidas), además de su mensaje explícito, transmite otras informaciones.
En primer lugar, que en nombre de la Argentina el cristinismo se considera autorizado a hacer cualquier cosa. A veces acierta y los aciertos deben ser reconocidos. Pero muchas veces se equivoca, sobre todo en el manejo de los símbolos, el campo en que se considera más experto. En nombre de la Argentina, al Gobierno le ha parecido adecuado comprar una publicidad filmada under cover . Como si un equipo británico hubiera filmado las peleas en un estadio de fútbol, las hubiera sometido a una edición astuta y hubiera presentado un corto publicitario con el título “These are the Argies”. Y el gobierno de su Majestad lo difundiera por la BBC, aunque esto le habría resultado medio difícil, dado que la BBC no se maneja desde Palacio por control remoto, como nuestro amado sistema de televisión pública.
En segundo lugar, porque las violaciones a los usos y costumbres de una filmación son demasiado flagrantes. Las Malvinas podrán ser argentinas para quienes sostienen esto, incluso con argumentos. Es decir, son argentinas para muchos argentinos, para su gobierno y para los países y pueblos que los acompañen con mayor o menor entusiasmo en los foros internacionales. Pero no son argentinas en el sentido en que un argentino puede ir allí a hacer lo que se le dé la gana ni, mucho menos, utilizarse, sin aviso, como escenario para una provocación defendida, pagada y difundida por el gobierno nacional, que presenta el caso como si se tratara de lo más normal del mundo. Si una empresa deportiva hubiera encargado el aviso, la cuestión sería diferente. Sería una transgresión más sencilla de explicar; tonta e inútil, por cierto, ya que paisajes así, elegidos bien por el encuadre, se encuentran en otros lugares.
Pero en este caso es el Gobierno el transgresor. ¿Alguien imagina un corto español, filmado en Gibraltar, donde se diga: “Entrenando en suelo español para competir en suelo británico”? Esa insensatez podría cometerla algún privado, pero nunca sería avalada por el Partido Popular, por el Partido Socialista, por la Izquierda Unida y, aunque no se ocupan de esas cuestiones, tampoco por los Indignados.
Los argentinos nos sentimos excepcionales y nos parecen normales las conductas regidas por el “vale todo”. El Gobierno, al difundir el corto malvinero, acaba de confirmarlo.
© La Nacion .
Fuente:LA NACION
Es suficiente con que tengan algún éxito el fútbol, el tenis cuando se juega la Copa Davis o el hockey desde que Las Leonas comenzaron a traer victorias para que se despierten pasiones nacionalistas. Imposible mirar tranquilamente un partido cualquiera de un deporte cualquiera, porque el murmullo nacional acompaña a los buenos, a los malos y a los mediocres. La bandera es nuestra camiseta o viceversa.
Durante los próximos Juegos Olímpicos de Londres, todo el país va a interesarse por disciplinas que, terminada la competencia, volverán al cono de sombras que ocupan los atletas en sus provincias o en el Cenard. Pero durante esas semanas seremos expertos en salto con garrocha, carreras, remo, gimnasia, natación, jabalina, disco y esgrima.
Podrá decirse que esto sucede en todo el mundo. Es cierto. Pero que suceda en todas partes no exime de considerar críticamente los brotes locales de nacionalismo. El uso universal de los sentimientos nacionales lleva a analizar sus dispositivos simbólicos país por país. El nacionalismo cumple funciones específicas y llena vacíos humillantes en una nación, como la Argentina, que cultiva el irredentismo como una peligrosa flor que utilizan las dictaduras y los gobiernos democráticos.
Esto se ve muy claro en el caso Malvinas: invadidas por Galtieri, a nadie le importó mucho que se tratara de la última aventura de un gobierno terrorista; se festejó la toma de las islas, junto con el dictador, en la Plaza de Mayo. Hoy, gracias a que hemos aprendido de la derrota, nadie piensa en invadirlas, pero el canciller acaba de mandar mensajes hostiles a su par de Gran Bretaña. Habilidoso en la costumbre local de hacer política por los medios, Timerman cree que puede seguir cultivando esa afición criolla cuando le habla al gobierno británico.
No perder jamás la iniciativa mediática, producir las noticias y garantizar que ellas se difundan: tal el estilo CFK, que imprimió un “giro lingüístico” a la política. Gana quien tiene la iniciativa en el discurso y define el vocabulario con que se habla de las cosas. Por eso, se cultivan las efemérides, las inauguraciones, los anuncios de lo que sea, sin una jerarquía especial. A veces son hechos importantes, como YPF; a veces, sólo ponen en práctica la idea de que a cada día corresponde un discurso, como si se tratara del santoral del Poder Ejecutivo.
El cristinismo considera que su presencia en el gobierno garantiza por sí sola el derecho y la justicia de cualquier intervención. No se atiene a leyes ni a costumbres, porque las funda, les da existencia, y por eso mismo las vuelve universales.
Algo de este orden sucedió con el corto publicitario filmado en las islas Malvinas. Es un buen producto de montaje y, por eso mismo, sostiene con eficacia el mensaje que se le agregó: “Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino”. La sucesión de planos rápidos, en los que el paisaje está siempre bien definido, permite que quien vea el corto no piense por qué ese hombre está corriendo sobre la nieve hasta caer exhausto. Por el contrario, el espectador sólo recibe el mensaje del “esfuerzo” y del “lugar”. La inscripción final cierra todo.
En 1934, la talentosa cineasta Leni Riefenstahl, amiga de Hitler, filmó en Nuremberg la jornada final del Congreso del Partido Nazi. La ciudad ya había sido elegida para trazar un eje pangermánico que terminaría en Berlín: el camino del Reich. En Nuremberg se construyeron impresionantes instalaciones para las grandes convocatorias del Partido. Alexander Kluge las filmó en 1961. El título de esa película, un corto de 12 minutos en blanco y negro, es Brutalidad en piedra . Tanto el título como los planos estáticos y desiertos de Kluge son estremecedores. Esos planos no son breves, no atropellan al espectador, sino que le dejan tiempo para pensar. Entre la película de Riefenstahl y la de Kluge corre una línea, pero quebrada: la celebración del nazismo y su crítica más radical.
En 1936, Riefenstahl volvió a hacer una película para los nazis: Olympia , sobre los juegos que tuvieron lugar en Berlín. También es un film de montaje, impresionante, grandioso. Antes de esas Olimpíadas, muchas naciones y algunos comités olímpicos discutieron si era correcto competir en Alemania. Berlín había sido elegida en 1931, antes de que Hitler, que sacó el 43,9% de votos, formara gobierno en 1933. Cuando empezaron las discusiones, los nazis moderaron las campañas antisemitas y, finalmente, como en su momento la dictadura argentina, lograron que se mantuviera la sede: el imponente Olympia-Stadium, el mayor escenario de los juegos hasta entonces. Hoy puede visitárselo para comprobar la encarnación como signo arquitectónico de una voluntad política expansiva.
Antes de que comiencen los insultos, me apresuro a aclarar que estoy lejos de pensar que el gobierno de CFK tenga algo que ver con el nazismo. No me gustan las comparaciones donde toda la historia termina siendo lo mismo y donde lo verdaderamente interesante del presente se pierde en una nebulosa. Lo que la historia enseña es que las cosas son siempre diferentes. Pero esas diferencias deben ser tenidas en cuenta, no pasadas por alto. Sobre todo, si siempre se está hablando de memoria.
La publicidad que el Gobierno compró a una agencia (cuyas condiciones de producción ya han sido difundidas), además de su mensaje explícito, transmite otras informaciones.
En primer lugar, que en nombre de la Argentina el cristinismo se considera autorizado a hacer cualquier cosa. A veces acierta y los aciertos deben ser reconocidos. Pero muchas veces se equivoca, sobre todo en el manejo de los símbolos, el campo en que se considera más experto. En nombre de la Argentina, al Gobierno le ha parecido adecuado comprar una publicidad filmada under cover . Como si un equipo británico hubiera filmado las peleas en un estadio de fútbol, las hubiera sometido a una edición astuta y hubiera presentado un corto publicitario con el título “These are the Argies”. Y el gobierno de su Majestad lo difundiera por la BBC, aunque esto le habría resultado medio difícil, dado que la BBC no se maneja desde Palacio por control remoto, como nuestro amado sistema de televisión pública.
En segundo lugar, porque las violaciones a los usos y costumbres de una filmación son demasiado flagrantes. Las Malvinas podrán ser argentinas para quienes sostienen esto, incluso con argumentos. Es decir, son argentinas para muchos argentinos, para su gobierno y para los países y pueblos que los acompañen con mayor o menor entusiasmo en los foros internacionales. Pero no son argentinas en el sentido en que un argentino puede ir allí a hacer lo que se le dé la gana ni, mucho menos, utilizarse, sin aviso, como escenario para una provocación defendida, pagada y difundida por el gobierno nacional, que presenta el caso como si se tratara de lo más normal del mundo. Si una empresa deportiva hubiera encargado el aviso, la cuestión sería diferente. Sería una transgresión más sencilla de explicar; tonta e inútil, por cierto, ya que paisajes así, elegidos bien por el encuadre, se encuentran en otros lugares.
Pero en este caso es el Gobierno el transgresor. ¿Alguien imagina un corto español, filmado en Gibraltar, donde se diga: “Entrenando en suelo español para competir en suelo británico”? Esa insensatez podría cometerla algún privado, pero nunca sería avalada por el Partido Popular, por el Partido Socialista, por la Izquierda Unida y, aunque no se ocupan de esas cuestiones, tampoco por los Indignados.
Los argentinos nos sentimos excepcionales y nos parecen normales las conductas regidas por el “vale todo”. El Gobierno, al difundir el corto malvinero, acaba de confirmarlo.
© La Nacion .

Adribosch's Blog

lunes, 7 de mayo de 2012

Esta orilla & La otra orilla

 




"Dicen que viene llegando", cuidado con tu optimismo

La canción de este joven trovador es más que elocuente porque en ella se refleja muy bien cómo nos ven los de allá a los que andamos por acá.

Si el problema fuera por las orillas y no por las diferencias, sino existieran tantos tiburones y tantas amargas sales que agrietan las heridas, sino existieran tantas y tantas cosas que ensanchan este mar que nos separa, no tendríamos razones para discrepar de los ilusos que creen en los cantos de sirenas sobre la reconciliación entre cubanos, entonados por la alta jerarquía de la iglesia católica al servicio del régimen castro comunista que nos separó.

Nosostros, los de acá, siempre fuimos los malos, por eso nos bautizaron como gusanos, escoria, traidores, apátridas, contra revolucionarios, etc., fuimos los malos allá porque no aplaudimos las mentiras, no apoyamos las expropiaciones, confiscaciones, intervenciones, nacionalizaciones, los robos al descaro. Somos y fuimos los malos porque no comulgamos con la manipulación, la demagogia, los abusos. Somos los malos porque no aceptamos las imposiciones, el lavado de cerebro, la miseria a todas horas. Fuimos allá los fracasados, los que no tuvimos voz ni voto. Allá nunca aceptaron nuestros retos, nuestros desafíos, nuestra desobediencia. Nunca los de allá han entendido que preferimos estar acá en esta orilla, porque escogimos vivir sin patria, pero sin amos.

A la vuelta de los años los gusanos se han convertido en productivas mariposas comunitarias, las escorias en marielitos simpáticos a los que ya no se les condena por ser homosexuales y hasta se les ofrecen servicios especiales para cambios transexuales a bajos costos, los balseros son emigrantes económicos que van y vienen cargando con "de todo un poco", muchos de los que se ganaron el bombo se han convertido en mulas de carga de las agencias castristas, compitiendo con otros venidos por otras vías y con otras intenciones Los que no salimos en esos éxodos masivos, y tuvimos que esperar largos años por un permiso de salida, no estamos en el limbo. Tambien fuimos y somos los malos, sobre todo los que estamos en esta orilla dispuestos a defender al imperialismo yanqui, al mismo imperialismo que nos abrió sus brazosy nos brindó la ayuda necesaria para rehacer nuestras vidas partiendo desde cero, ya que los buenos de allá nos despojaron de lo poco que pudimos acumular durante los largos años que estuvimos obligados a trabajar para el único empleador existente en aquel entonces en la isla: el Estado Socialista Cubano.

Hace tiempo que los mandatarios mafiosos moncadistas descubrieron el filón de oro que brilla en esta orilla donde se trabaja, se lucha y se vive con decoro. Como la familia es la familia y la sangre siempre llama, nos agarraron por el cuello, por ahí nos han encadenado y nos han manipulado otra vez. Aunque estamos acá seguimos siendo parte de la legión de esclavos del clan de Birán.

Desde hace años las remesas familiares se han convertido en un gran negocio para el régimen castrista, pero ahora que Hugo Chávez se les está acabando, claman por incrementar el reencuentro, la reunificación familiar, los viajes y las remesas, el turismo y los desiguales intercambios culturales entre las dos orillas. Están con el agua al cuello y se han lanzado, desesperadamente, a pescar tontos útiles en esta orilla.

Le han cambiado la semántica a la palabra reconciliación. Ahora resulta que los malos de acá tenemos que reconciliarnos con los "buenos" de allá. Nos quieren arrebatar el derecho que tenemos los de acá y los de allá, a diferenciar amigos de enemigos. Yo nunca me peleé con mi pueblo, no tengo que reconciliarme con los cubanos de allá, ni tengo que confesarme ante una iglesia que se ha puesto al servicio de la dictadura castrista, ni tampoco he olvidado el sagrado lugar que representa para mi la tierra donde nací, aunque no ha sido mi patria por más de cinco décadas ya que unos mafiosos me la robaron. Simplemente me niego a reconocer como gobierno legítimo al régimen castro comunista que desgobierna la isla de Cuba. Nunca me reconciliaré con los mandatarios castristas, nunca me reconciliaré con el ejército de oportunistas y de Hs de P que mantienen y sostienen al régimen mafioso moncadista que ha destruído física y moralmente a la que una vez fue mi patria.

Lo digo y lo repito, no entro en esa comparsa que está organizando la iglesia castrólica dirigida por el cardenal Ortega, con ese llamado a la reconciliación nacional a través de un diálogo en el que solo caben todos los cubanos respetuosos ¿? que estén dispuestos a cooperar con el régimen que una vez los condenó al destierro, al exilio o a residir en tierras extranjeras. Resulta que también le han cambiado la semántica al adjetivo respetuoso, porque respetuosos son, según ellos, los aduladores, oportunistas, desvergonzados e inescrupulosos cubanos en esta orilla, que ya han sido captados y embriagados con los cantos de sirena y están dispuestos a cooperar y ayudar a prolongar la existencia del raulato. Como no quepo en esa definición de respetuosos, ni entro en esa ficticia reconciliación y cooperación entre "buenos y malos", entre "mafiosos y los auto proclamados cubanos de buena fe, democráticos liberales", soy y seré, una irreverenda irrespetuosa e irreconciliable, y lo digo con el infinito orgullo de estar acá, en la otra orilla, bailando en la misma salsa de Celia Cruz y no tan ingenua como W. Chirino que hace años pensó y cantó "ya viene llegando", porque sé que, al paso que vamos, el sociolismo cubano pica y se extiende.
Esperanza E Serrano

Antúnez: Líder opositor denuncia amenaza de muerte

LA HABANA, Cuba, 7 de mayo (Agencias, www.cubanet.org) – El opositor y ex preso político Jorge Luis García Pérez (Antúnez) declaró a Radio Martí que recibió recientemente una amenaza de muerte de un connotado delincuente.
Antúnez, secretario general del Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo (Frente OZT), dijo que Ramón Delgado Prieto, residente de la provincia de Camagüey, se trasladó hasta la vivienda de Antúnez ubicada en Placetas –a más de 200 kilómetros de distancia- “con el propósito de introducirse en la oposición de manera forzada, o de lo contrario me ajustaría cuentas”.
El líder disidente añadió que no solo conoce a Ramón Delgado de nombre, sino también por sus “serios antecedentes delictivos y larga historia de hechos de sangre”. ​​​ La amenaza es “directa”, dijo Antúnez, debido a la “personalidad maniática y agresiva” que caracterizan a Delgado.
Subrayó que en 2007 Ramón Delgado pretendió involucrarse en el activismo de derechos humanos y “trató de destruir moral, física, política y económicamente a la familia del activista Blas Augusto Fortún Martínez”.
“Estoy alertando a la opinión pública por lo que pudiera sucederme”, indicó Antúnez, y responsabilizó a las autoridades cubanas por el envío de este “siniestro individuo, porque en el momento de retirarse, en vez de dirigirse hacia la terminal, se dirigió precisamente hacia donde había un fuerte operativo de la policía política”.