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miércoles, 19 de febrero de 2020

"Cuba" Así vivía en Cuba Ditsander Mayo Segura, expolicía cubano que reside en Hialeah

                     La cifra que pedía por la propiedad era de 18 mil CUC…Victima

Nuevas pruebas han salido a las redes sociales sobre el exjefe de la policía cubana (PNR) en Gibara, Holguín, Ditsander Mayo, quien habría abandonado el país y luego de una estancia en América del Sur se trasladó hasta la frontera de los Estados Unidos, donde pidió asilo político.
Ditsander Mayo Segura expolicia cubano
Ditsander Mayo Segura (a la derecha, Foto de Facebook)
Un perfil a nombre de Ditsander Rafael Mayo que contenía fotos del represor fue eliminado completamente de Facebook. En esa cuenta existían imágenes del exagente cubano junto a su familia y su esposa, Ignara Tejeda Meriño, cuyo perfil también fue borrado.
Una simple búsqueda por Facebook permite comprobar que la familia puso en venta su casa al salir de Cuba. La propiedad ubicada en el Calle J Mora #14 entre las calles Calixto García y Joaquín Agüero, Gibara-Holguín se encontraba a unos 200 metros del mar. Así lo testifica un segundo perfil de su esposa Ignara Tejeda Meriño que aún se mantiene activo en las redes.
La casa de dos plantas contaba al momento de ponerse en venta con una sala-comedor, cocina y baño en el nivel bajo, mientras que el superior era ocupado por dos cuartos y una sala intermedia. Por lo que se puede apreciar en las fotos, la pequeña casa se encontraba visiblemente acomodada de forma muy superior al nivel medio de la población.
Según un comentario en el perfil de Tejeda Meriño, la casa era de construcción nueva, con tanque de agua de 5 mil litros y con todos los papeles en regla. La cifra que pedía por la propiedad era de 18 mil CUC y como medio de contacto sugería que le escribiesen por Facebook o enviasen un mensaje de texto al número de teléfono 5822-70-82, celular que pertenece a Ditsander R Mayo Segura.

Ditsander Mayo número de celular
La base de datos del sitio web Directorio Cubano muestra como propietario del celular de contacto a Ditsander Mayo Segura. (DIRECTORIO CUBANO)

Tomado de: https://www.periodicocubano.com/asi-vivia-ditsander-mayo-segura-expolicia-cubano-que-residen-en-estados-unidos/

martes, 18 de febrero de 2020

Cuba hoy: “Hijos bobos” y mantenidos de la economía cubana

Toda una estructura de control parasitando la economía de manera letal. Restando mano de obra significativa a la industria y la agricultura

                 Díaz-Canel en la I conferencia nacional del sindicato de la Cultura. 2018 (granma.cu)

re> MIAMI, Estados Unidos. – “¿Cómo está la cosa por allá?”, es quizás la primera pregunta que te hagan cuando saben que recién has llegado de Cuba.

En Miami —a diferencia de las otras ciudades del mundo por donde se ha dispersado el exilio cubano—, la gente, que está más al tanto de la “cosa”, se interesa por detalles más específicos de una realidad a la que ya muy pocos auguran un final feliz.

En cualquiera de las preguntas, de más lejos o más cerca, se respira un tono semejante a cuando preguntamos por la evolución de un moribundo. Sabemos que la respuesta será desalentadora pero aun así preguntamos, como un modo de ser corteses.

“Cuba está cada día peor” pudiera estar entre las respuestas más frecuentes entre aquellos residentes en la isla para quienes sesenta años de dictadura de “partido único” ha representado más de medio siglo de estancamientos y retrocesos en muchos aspectos de la vida.

Sobre los “cambios” y “pasos de avance” de los que habla la prensa oficialista —y aquella otra que no gusta de entrar en graves confrontaciones con el régimen—, se sabe que jamás han logrado ni lograrán saltar de la letra muerta a la concretización de los “sueños”.  No tanto por la incapacidad y corruptibilidad demostradas por buena parte de los “dirigentes” cubanos sino porque mantenerse en el poder por la fuerza implica un volumen de gastos gigantesco y nunca el país les parecerá suficientemente seguro.

Jamás lo será y mucho menos ahora que el internet  —ese mal necesario para los comunistas, como lo fueron las inversiones extranjeras posterior al “soviet-exit” de finales de los años 80— se ha revelado como un campo de batalla donde llevan las de perder (están obligados a demostrar y defender lo que es “indemostrable” e indefendible) y deberán invertir grandes sumas en tecnología de punta y su constante actualización, desarrollo de software cada vez más complejos, y en actividades de “cibercombatividad” que nada sustancial aportan a una economía en fase de putrefacción.
 
Toda una estructura de control policial e ideológico parasitando la economía de manera letal.

Restando mano de obra significativa a la industria y la agricultura en beneficio de la ideologización.

De mantenerse tal patrón, es fácil deducir que nunca habrá dinero suficiente como para destinarlo al bienestar de las personas.

No solo porque la “gente normal” cuando se acomoda un poco se siente “libre” de pensar en cuáles serán sus próximas acciones para mejorar un poco más en lo personal o familiar —y esta relativa libertad conduce muchas veces a desentenderse de ese “pasto ideológico” del cual se alimentan las dictaduras de izquierda, tan temerosas del “individualismo”—, sino porque el Estado deberá sostener financieramente a toda una colmena de zánganos.

Esta colmena o jauría estaría conformada por un cuerpo policial cada vez más numeroso, armado y entrenado para reprimir; por oficiales de inteligencia “producidos en serie” y dedicados a asuntos que en otros países ni siquiera son monitoreados (al menos no con la intensidad que lo hacen en Cuba y demás regímenes totalitarios), como sería el caso de vigilar, detener e intimidar a artistas, escritores, periodistas o activistas pacíficos; pero, además, integrada por cientos de miles de “cuadros de dirección” cuya prioridad es exclusivamente la práctica ideologizadora (que a la vez le brinda amparo a la corrupción) y no el generar estrategias que garanticen el bienestar ciudadano, mucho menos un verdadero crecimiento económico basado en la inserción realista en el contexto mundial.

Ese cuerpo de “mantenidos” e “hijos bobos” de la economía cubana también está conformado por un buen enjambre de “ciberclarias”, personas cuyo trabajo, remunerado por el Estado, consiste en mantenerse activos en las redes sociales de internet, atacando las opiniones contrarias al régimen comunista.

No se tienen datos reales de a cuánto pudiera ascender el gasto, tanto en insumos como en salarios, que implican en general esas actividades de apoyar y sostener “artificialmente” al régimen mediante el control absoluto, estricto, de cada uno de los ciudadanos.

Tampoco sabemos bien cómo hacen buena parte de ese “trabajo” o si incluso “piezas claves” de tal “escudo protector” estaría integrado por otras “piezas claves” en cualquier economía, como sería la única empresa de telecomunicaciones que existe en la isla, ETECSA, dueña absoluta de casi todos los datos generados por nuestra actividad comunicacional y, por tanto, reacia a compartir ese “renglón estratégico” con otras compañías que quisieran invertir en Cuba.

Una competencia que obligaría a bajar los precios actuales de los servicios, abusivos de acuerdo con la media salarial cubana, pero que tiene en esa misma “ventaja” el peor “enemigo ideológico” para el Partido Comunista y, por ende, este hará todo lo posible por continuar usando los altos precios como forma de controlar el acceso a internet, aún cuando enmascara con cifras, a todas luces infladas, el verdadero nivel de acceso a internet de la población cubana, así como el grado de penetración de las nuevas tecnologías en la vida diaria de las personas.

Por ahora no es posible medir con la fidelidad necesaria cuántas de esas computadoras, servidores, teléfonos móviles e infraestructura de comunicaciones que el gobierno declara por millones a los organismos internacionales son usadas tanto para su actividad sistemática de control de los ciudadanos como para “combatir” abiertamente al enemigo “virtual” y real.

No es difícil intuir por el número de cuentas en redes sociales que en los últimos tiempos se han abierto “dirigentes” y “directivos” del oficialismo, que existe una política de ocupar en masa las redes, vigilarlas, ante la frustración de no poder proscribirlas, una medida extrema y casi imposible pero que, de poder hacerlo, dispararía el descontento popular a niveles críticos.

La caldera nacional ya va sobrepasando los límites con el desabastecimiento, los apagones, la falta de agua, el empeoramiento del transporte, el deterioro del fondo habitacional y la sanidad, la profunda desproporción entre el aumento de inversiones hoteleras y el incremento de las penurias de los ciudadanos, las revelaciones constantes sobre el verdadero nivel de vida de los dirigentes y sus familiares, el aumento del ejército de decepcionados dentro de las filas de Partido Comunista, el ocultamiento y la manipulación de información en casos como el del desastre del avión de Global Air, y la indiferencia y frialdad de los gobernantes ante un pueblo enlutado por la muerte de tres niñas, entre muchísimas otras “realidades” que reafirman a Cuba como uno de los países más incómodos o poco atractivos para la gente que lo vive a diario.

Lo que antes de la llegada de internet se hacía demasiado fácil, pues dependía de un sistema de información y espionaje del ciudadano prácticamente independiente de las tecnologías, hoy se complejiza y demanda dinero en cantidades que suponen un lujo para un país como Cuba, sin demasiadas fuentes de ingreso de capital fresco.

Eso no solo representa un peligro para la economía, que se verá desangrada constantemente por una élite que no quiere soltar el poder, sino que vuelve demasiado vulnerable el país —para hoy y para el futuro—, al enrolarlo en un mecanismo de endeudamiento progresivo con entidades financieras extranjeras pero, además, probablemente abrirá las puertas para que otras naciones usen a Cuba, por su cercanía a los Estados Unidos, como base de operaciones o de ensayos que pudieran desatar conflictos diplomáticos de consecuencias incalculables, esto a cambio de proveer al régimen de la tecnología, el asesoramiento y el dinero que necesita para blindarse como poder político único.

Esto último es en extremo peligroso y no sería absurdo suponer que esté entre las opciones “sobre la mesa” cuando la soga les comience a apretar en el cuello, aunque  la decisión suponga esa “pérdida de la soberanía nacional” que tanto dicen “temer”.

Sucedió con la Unión Soviética y pudiera volver a suceder con aquel que les garantice una vuelta a las condiciones de “protectorado”.

En aquellos tiempos de rublos soviéticos, que fueron miles de millones en poco más de 30 años, ni siquiera la mitad se tradujo en verdadero bienestar. El control de los ciudadanos llegó a lo enfermizo e incluso se abolieron totalmente las libertades de pensar, oponerse políticamente y hasta de viajar al exterior, tres elementos en una lista interminable de vejaciones y excesos que hubiera continuado incrementándose de no ser por el desmoronamiento del comunismo en Europa del Este.

Tengamos en cuenta que no fue hasta el 2013 que se nos permitió a los cubanos salir del país libremente —aún cuando continúan las regulaciones a activistas y periodistas independientes— y que el internet llegó, sí, pero solo para quienes pueden pagar un dólar por una hora de conexión, en un contexto salarial de los peores del mundo.

En tal sentido, la respuesta a la pregunta casi retórica sobre “cómo está Cuba” continuará siendo por algún tiempo esa de “cada día peor”, aunque creamos que a estas alturas del partido es ya imposible que se pueda empeorar más.

Las noticias por tanto se derivan de la lógica más simple: más control policial e ideológico, más tecnología para hacerlo de manera extensiva e intensiva, supondrán grandes sumas de dinero en un país donde escasea y, por tanto, continuaremos siendo una economía en crisis por algún tiempo más.

Tomado de: https://www.cubanet.org/destacados/hijos-bobos-y-mantenidos-de-la-economia-cubana-cuba/

lunes, 17 de febrero de 2020

Cuba: Los expropiados amenazan a Meliá en Cuba: "Pedimos el triple del valor de todos los hoteles

                                             Reclaman alrededor de 140 millones


Vista aérea de uno de los complejos hoteleros de Meliá en Cuba
Gabriel Escarrer, vicepresidente ejecutivo de Meliá, tiene la entrada prohibida en EEUU desde el pasado noviembre. Una consecuencia directa del litigio que la cadena hotelera mantiene con descendientes de expropiados cubanos que reclaman parte de las ganancias de dos de sus establecimientos en el país caribeño. Pero para Andrés Rivero Mestre, abogado que defiende a varias de las familias demandantes, es un asunto de caza mayor: si su estrategia prospera el plan es reclamar indemnizaciones por toda la planta hotelera de Meliá en Cuba y extenderla al resto de cadenas allí asentadas, incluidas las mallorquinas Iberostar, Barceló o Blau Hotels.
«Presentamos el caso de Meliá el pasado 20 de mayo. Lo recuerdo bien porque es el día de la independencia de Cuba». La firma de Rivero Mestre, afincada en el estado de Florida, defiende los intereses de varias familias -Sánchez-Hill, Mata, López Regueiro, Echevarría...- con pretensiones sobre las actividades de 15 hoteles del total de 39 que Meliá tiene en Cuba.
No obstante, Rivero -cubano descendiente de españoles- jugará en los tribunales con la carta del Class Action, una figura del derecho norteamericano traducible como «demanda colectiva» con la que se le podría reconocer la potestad para reclamar también en nombre del resto de afectados. Como un pequeño grupo de consumidores pleiteando en defensa de todo el colectivo. «Si prospera alegaremos representar a todas las personas que tenían tierras u hoteles en Cuba, que hoy son los 39 que tiene Meliá».
En la misiva que el Departamento de Estado de EEUU envió a Escarrer conminaba a éste a negociar con los demandantes lo que Meliá calificó de condiciones «no asumibles». ¿Qué es lo que llegarían a pedir por la actividad de toda la cadena hotelera? «Reclamamos bajo la ley tres veces el valor de los 39 hoteles, que ya pasa obviamente de los 150 millones de dólares», alrededor de 140 millones de euros.

Peritaje

El despacho de Rivero contrató un peritaje que, afirma, tasó en más de cinco millones de dólares uno de los hoteles a priori de menos valor. «Si ése es el menos valioso, calculo que el conjunto pasaría de los 150 millones, pero la verdad es que no lo sé, estaría especulando si diera una cifra exacta». Para realizar esas tasaciones el perito considera valores como la tarifa y el porcentaje de ocupación en los últimos años.
Por desorbitadas que puedan parecer las reclamaciones, todo el proceso cobra una dimensión diferente con el papel que juega la Administración Trump. Ésta ha desempolvado dos artículos de la Ley Helms-Burton que amparan las pretensiones de expropiados durante la Revolución Cubana por las autoridades castristas y faculta al Departamento de Estado para iniciar acciones contra «extranjeros que hayan confiscado bienes de nacionales estadounidenses o traficado con dichos bienes». Es exactamente eso lo que ha hecho con el veto a Escarrer.
Para las autoridades y analistas europeos, se trata de una estrategia de hostigamiento pergeñada por Trump que pretende enfriar las inversiones extranjeras y el trato comercial con Cuba.
Por lo general no se le está otorgando mucho recorrido, aunque por si acaso la Unión Europea introdujo una figura legislativa para proteger los intereses de damnificados por la legislación extraterritorial de EEUU. Es lo que se conoce como Estatuto de Bloqueo, el paraguas bajo el que las cadenas hoteleras mallorquinas y otras empresas afirman sentirse seguros.
En todo caso, el despacho de Rivero mantiene un estrecho contacto con el Departamento de Estado. «Les hemos pedido que impongan sanciones y que hagan todo lo posible: quitar visados, lo que sea, para así  impulsar las acciones de mis clientes».

Reclamar por vía civil

Pero aun con el respaldo del Ejecutivo de Trump ¿qué futuro ve Rivero para sus reclamaciones por la vía civil? Un juzgado de Palma de Mallorca ya archivó en septiembre una acción de otro despacho contra Meliá por el mismo motivo. La juez se declaró no competente para pronunciarse sobre expropiaciones de terrenos en otros países. Además, con la cuestión del Estatuto de Bloqueo las opciones de los demandantes parecen muy limitadas. Pero el abogado cubano afirma que tiene otra estrategia bajo la manga.
La defensa alega que la demanda debe ser desestimada porque el tribunal de Miami que lleva el caso -el Tribunal Federal del Sur de Florida- no tiene competencias para juzgar esa actividad extraterritorial. La estrategia de Rivero consiste en centrar el proceso actual en las webs que comercializan estancias hoteleras en Cuba, como Expedia o Booking, y dejar fuera por el momento a Meliá: el razonamiento es que estas plataformas sí serían responsables porque comercializan habitaciones que pueden ser contratadas desde Florida.
«Si ganamos con Expedia y Booking tendremos todo el fundamento para volver a incluir a Meliá», ya que también pueden comercializar sus habitaciones a consumidores de Florida desde su web. «Igual que Iberostar y el resto».
Es aquí donde Rivero confía en ampliar el campo de batalla, siempre que la juez le dé la razón (debe pronunciarse a finales de marzo). El bufete mantiene en el cajón reclamaciones contra una setentena de hoteles que incluiría establecimientos de Iberostar (segunda firma mallorquina con más presencia con 18 hoteles), Barceló o Blau Hotels (del Grupo Roxa), además del resto de hoteleras de otros países.
Mientras, todas las firmas mallorquinas han activado sus mecanismos de defensa legal contra la doble ofensiva de Trump y los bufetes privados. «Que yo conozca por lo menos hay cuatro firmas más de abogados con este tema», Afirma Rivero. Eso y el Tío Sam.
Tomado de: https://www.elmundo.es/economia/empresas/2020/02/17/5e4972f3fdddffae7e8b4684.html