Un día fatal
Por: Martha Beatriz Roque Cabello
El 11 de junio fue un miércoles más activo que otro cualquiera, desde el punto de vista represivo. El teléfono de mi casa no dejaba de timbrar, al igual que el celular, para reportar personas arrestadas, tanto de la capital como del resto del país. Me recordó los tres días de la ola represiva del 2003, en la que resultamos enjuiciados 75 opositores.
En el momento en que escribo aún se mantienen arrestados una gran parte de los disidentes de varios municipios: Camagüey, Santa Clara, Placetas y la capital.
Los comunicadores comunitarios, miembros de la Red Cubana, no se quedaron atrás, fueron también objeto de represión, siendo arrestados a la entrada de la sede 9 de ellos: Yuleidi López González, Marta Domínguez Calero, Maritza Concepción Sarmientos, Judith Muñiz Peraza, Juan Carlos Díaz Fonseca, Billy Joe Landa Linares, José Antonio Sieres Ramallo, Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia y Alejando Domínguez Moreno. También en Güira de Melena, fue arrestado Jorge Bello Domínguez.
Durante la operación de la policía política salí a la escalera con el objetivo de presenciar la detención de un matrimonio de Guanabacoa, y estaba bloqueando el primer escalón una mujer vestida de civil de la raza negra, de unos 35 años. Me dijo que no podía bajar, yo le refuté que con qué autoridad, que me presentara un carné y me respondió que se le había quedado.
Traté de seguir mi camino, y me dio un golpe con puño cerrado en el brazo izquierdo, que por la fuerza me sentó en el primer escalón. Cuando me recuperé y logré pararme subía otra mujer con las mismas características y se me interpuso delante. Volví a solicitarle su identificación y me respondió lo mismo: “se me quedó”.
Al momento se incorporó al grupo un oficial de la Seguridad del Estado que sí se identificó con su carné de tres letras: DSE y me dijo que tenía prohibido bajar, igual que Arnaldo Ramos Lauzurique que se encontraba en mi casa y que por lo alto de la conversación se había agregado a la reyerta.
Le cuestioné al oficial el por qué me tenían que pegar y la mujer vestida de civil -que lo hizo- dijo que yo me había resbalado. En caso contrario el solo hecho de haberme puesto las manos encima hubiese sido suficiente para una denuncia de atentado.
De la agresión resulté con el brazo izquierdo inflamado, también dolor en el cóccix, en el muslo derecho y en la región glútea.
Muy contrario a la tolerancia que se percibe por parte de los países de la Unión Europea hacia Cuba, además del apoyo de la izquierda latinoamericana, el régimen ha incrementado la intransigencia con los opositores a lo largo y ancho del país. Es una fórmula directamente proporcional a más apoyo internacional menos posibilidades de la oposición interna.
La Habana, 12 de junio de 2014.
Por: Martha Beatriz Roque Cabello
El 11 de junio fue un miércoles más activo que otro cualquiera, desde el punto de vista represivo. El teléfono de mi casa no dejaba de timbrar, al igual que el celular, para reportar personas arrestadas, tanto de la capital como del resto del país. Me recordó los tres días de la ola represiva del 2003, en la que resultamos enjuiciados 75 opositores.
En el momento en que escribo aún se mantienen arrestados una gran parte de los disidentes de varios municipios: Camagüey, Santa Clara, Placetas y la capital.
Los comunicadores comunitarios, miembros de la Red Cubana, no se quedaron atrás, fueron también objeto de represión, siendo arrestados a la entrada de la sede 9 de ellos: Yuleidi López González, Marta Domínguez Calero, Maritza Concepción Sarmientos, Judith Muñiz Peraza, Juan Carlos Díaz Fonseca, Billy Joe Landa Linares, José Antonio Sieres Ramallo, Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia y Alejando Domínguez Moreno. También en Güira de Melena, fue arrestado Jorge Bello Domínguez.
Durante la operación de la policía política salí a la escalera con el objetivo de presenciar la detención de un matrimonio de Guanabacoa, y estaba bloqueando el primer escalón una mujer vestida de civil de la raza negra, de unos 35 años. Me dijo que no podía bajar, yo le refuté que con qué autoridad, que me presentara un carné y me respondió que se le había quedado.
Traté de seguir mi camino, y me dio un golpe con puño cerrado en el brazo izquierdo, que por la fuerza me sentó en el primer escalón. Cuando me recuperé y logré pararme subía otra mujer con las mismas características y se me interpuso delante. Volví a solicitarle su identificación y me respondió lo mismo: “se me quedó”.
Al momento se incorporó al grupo un oficial de la Seguridad del Estado que sí se identificó con su carné de tres letras: DSE y me dijo que tenía prohibido bajar, igual que Arnaldo Ramos Lauzurique que se encontraba en mi casa y que por lo alto de la conversación se había agregado a la reyerta.
Le cuestioné al oficial el por qué me tenían que pegar y la mujer vestida de civil -que lo hizo- dijo que yo me había resbalado. En caso contrario el solo hecho de haberme puesto las manos encima hubiese sido suficiente para una denuncia de atentado.
De la agresión resulté con el brazo izquierdo inflamado, también dolor en el cóccix, en el muslo derecho y en la región glútea.
Muy contrario a la tolerancia que se percibe por parte de los países de la Unión Europea hacia Cuba, además del apoyo de la izquierda latinoamericana, el régimen ha incrementado la intransigencia con los opositores a lo largo y ancho del país. Es una fórmula directamente proporcional a más apoyo internacional menos posibilidades de la oposición interna.
La Habana, 12 de junio de 2014.
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