Viernes, Abril 6, 2012 | Por Julio Cesar Álvarez
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -Hay ocasiones en que hasta una
recolectora de materias primas para reciclar por cuenta propia, sin
apenas instrucción, puede sorprender a cualquiera con las observaciones
derivadas de un singular hobby, que nada tiene que ver con recoger y
vender latas y botellas.
El pasado domingo primero de abril, mi vecina de los bajos, Lazarita,
tocó a mi puerta, después de finalizado el Noticiero Nacional de
Televisión. En su mano llevaba una memoria flash.
Ella no es informática ni sabe nada de computadoras, sino recogedora de
materias primas, y en el edificio tiene el sobrenombre de "El
Despertador", porque, invariablemente, a las 6:30 o 7:00 de la mañana,
comienza a escachar las latas que recolecta. El ruido es insoportable, y
no hay más remedio que levantarse.
En una memoria flash de su hija traía la Enciclopedia de Cuba, un
programa en formato digital, hecho por Génesis Multimedia, una división
de Prensa Latina, que incluye en sus créditos agradecimientos al
Ministerio de Educación Superior y al Ministerio de Cultura, entre otros.
Lazarita me dijo que pusiera la memoria en mi computadora y buscara en
la enciclopedia las efemérides del mes de abril. En dicho mes se leía lo
siguiente:
"El 1ro de abril de 1980, es asesinado el combatiente Pedro Ortiz
Cabrera por elementos antisociales, que penetran violentamente en la
embajada del Perú en La Habana, donde era custodio. Después de este
sangriento suceso, Cuba retiró la vigilancia de este recinto
diplomático, que se vio invadido por sujetos de la más diversa calaña
que pretendían salir del país".
Cuando terminé de leer las efemérides, miré a Lazarita con una expresión
de: ¿y para qué tú me enseñas esto?
Resulta que el hobby de Lazarita son las efemérides, y ella las repasa
en su enciclopedia, mes tras mes. Esta recogedora de latas de cerveza y
botellas se dio cuenta de que el pasado domingo primero de abril,
ninguno de los periódicos dominicales impresos dedicó siquiera un
pequeño espacio para recordar al supuesto "mártir" revolucionario de la
embajada del Perú. Los noticieros de la televisión cubana tampoco
mencionaron el suceso que costó la vida al hombre.
Si se tiene en cuenta que los "sujetos de la más diversa calaña" que
invadieron la embajada peruana fueron cerca de 11 mil y lo hicieron en
dos días, y que lo acontecido en la embajada del Perú, en abril 1980,
desembocó en el legendario éxodo del Mariel, lugar por donde emigraron
más de 125 mil cubanos entre los meses de abril y octubre de ese año,
resulta curioso que a los medios oficiales se les haya "olvidado"
mencionar la efemerides de la muerte del combatiente Pedro Ortiz Cabrera.
Resulta difícil creer que al gigantesco aparato propagandístico de la
prensa oficialista, que lleva la cuenta hasta de los tragos que se toma
un presidente norteamericano y cuanto "indignado" hay en el mundo, se le
haya olvidado recordar el "asesinato" del combatiente. Más plausible
parece la explicación de que decidieron olvidarlo.
Es comprensible que la prensa oficial cubana haya decidido no revolver
la m.., porque resulta incómodo explicar como pudo ser "asesinado" a
tiros un hombre, por gente que no portaba armas. Y es que mucha gente en
el mundo sabe que en realidad el custodio murió accidentalmente, víctima
del fuego de sus propios compañeros que intentaban matar a los que
entraban desarmados en la embajada.
También resulta incómodo explicar que, en un hecho sin precedentes, 11
mil personas se lanzaran a invadir una embajada, arriesgándolo todo para
escapar del paraiso socialista. Y más difícil aun resulta comprender que
125 mil personas estuvieran dispuestas a enfrentar todo tipo de
humillaciones, golpes y violencia, para huir de esta paradisiaca Isla.
El éxodo del Mariel duró cinco meses, y nadie es capaz de calcular
cuántos cubanos hubieran escapado si los gobiernos de Cuba y Estados
Unidos no se hubieran puesto de acuerdo para interrumpirlo.
No me asombra la omisión de nuestra mañosa prensa oficialista, lo que
me resultó curioso es que fuera Lazarita, una simple recogedora de
latas, quien se percatara del "olvido".
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