Por Nicolás Márquez
Hace 72 horas Diego Maradona en el programa paraestatal TVR (emitido por el oficialista canal 9) llevó adelante encendidos elogios para con Ernesto Che Guevara, a quien alegremente colocó por encima del Gral. José de San Martín y el propio Gral. Manuel Belgrano.
Pues bien, al día siguiente, desde las pantallas de C5N, el periodista Eduardo Feinmann replicó el extravagante concepto del ex jugador, usando como fundamento un libro mío, publicado en el año 2009, titulado “El Canalla – la verdadera historia del Che”, el cual escribí tras un año de investigación, consta de unas 1000 referencias bibliográficas y fuera oportunamente prologado por el pensador Armando Ribas.
La represalia oficialista no se hizo esperar y desde el programa estatal 678 primero, y luego desde su versión glamorosa llamada “Duro de Domar” (también emitido por canal 9 al igual que TVR), salieron al cruce criticando a Eduardo Feinmann y de paso defenestrando al que suscribe.
Como es común en los programas estatales oficialistas, estos informes se basaron en salpicados de imágenes editadas selectiva y arbitrariamente con cierto ingenio, las cuales son presentadas con tono burlón a fin de denostar o desacreditar a todo aquel que difunda o promueva cualquier manifestación del pensamiento no subordinada al régimen.
En verdad, no me interesa responder las denostaciones de los periodistas que obedientemente cumplen con el muy bien pago trabajo de adular al gobierno y vilipendiar disidentes. Claro, ellos cuentan conla AFIP,la SIDE, el aparato judicial y casi todos los medios televisivos a su merced. Ellos son poder en un país donde el sistema republicano es una caricatura. Prestos a enfrentar una campaña de difamación no tenemos manera de responderla de modo proporcional o equivalente. Que difamen, para eso se les paga.
Eso sí, me interesa reflexionar brevemente sobre tres aspectos que caracterizaron el “debate” en cuestión llevado a cabo por los panelistas tras los informes ofrecidos en esos programas:
1)
¿Tanta importancia le dan los intelectuales, periodistas y panelistas paraestatales a las alocuciones “histórico-políticas” de un personaje sin instrucción ni criterio como Diego Maradona?, ¿Toman en serio lo que este dice en sus apariciones televisivas?, ¿No sería más sensato quedarse con aquel jugador talentoso de los años 80` antes que celebrarle sus habituales papelones, tosquedades y exabruptos contemporáneos?
Al pie de esta nota ofrecemos el link del video del informe de 678 y Duro de Domar para que el lector pueda apreciar el nivel de las “reflexiones” de Maradona. Después de ver detenidamente su “disertación” creemos no hay mucho para agregar.
2)
En los mismos se denostó mi persona con previsibles etiquetas demonizantes, pero eso no es lo relevante, puesto que supuestamente el tema central de la polémica y de los informes era el Che Guevara y el libro. Pues bien, a grandes rasgos ¿qué es lo que dice el vilipendiado trabajo?: que el Che fusiló a 14 hombres de su propia tropa en Sierra Maestra; que le disparó a 195 disidentes maniatados en el centro de exterminio de “La Cabaña”; que manejó dos campos de concentración en Cuba (en uno de ellos se confinaban homosexuales); que atentó y conspiró contra diferentes gobiernos democráticos de América Latina (como Arturo Illia y René Barrientos); que contribuyó en Cuba a edificar el totalitarismo más largo y brutal de la historia contemporánea de América Latina (hoy gobierna la isla la misma camarilla de millonarios que asaltó el poder en 1959).
¿Y qué fue lo que se cuestionó de todo esto?, absolutamente nada. Ninguno de los contertulios rebatió ni un instante un sólo renglón de mi libro, ni tampoco indagaron acerca de si lo que allí se afirma es cierto, ni si los documentos utilizados en el ensayo son confiables, ni si las fuentes son verosímiles, ni tampoco se insinuó un sólo comentario en torno a la venerada figura del asesino confeso Che Guevara, explícitamente reivindicado en el informe de 678 junto al tirano Fidel Castro, quien también fue presentado en el compacto pero no como represor vitalicio sino como libertador humanista.
Seguidamente, se me destrató además por mi interpretación sobre el pasado reciente de la Argentina, fundamentalmente aludiendo a un libro mío publicado en el año 2006 (“La Mentira Oficial, el setentismo como política de Estado”). ¿Qué párrafo o afirmación de aquel otro libro impugnaron, contradijeron o cuestionaron?, absolutamente nada se dijo al respecto. Todo se asentó en una suerte de ridiculización ad hominem apoyada en etiquetas peyorativas o descalificadoras.
En suma, dedicaron dos bloques en dos programas emblemáticos del régimen para matar al mensajero pero no al mensaje.
3)
¿Si no se preocuparon por cuestionar un solo argumento, qué es en verdad lo que molesta tanto a la patota de voceros mediáticos del régimen?: pues todo indica que les irrita la disidencia por la disidencia misma. El desacuerdo es fundamentalmente lo que los disciplinados intelectuales del gobierno tienen orden de combatir o disuadir. El insulto o el agravio son los argumentos de los que no tienen argumentos, o de los que no quieren ni necesitan argumentar, puesto que ellos gozan de las mieles del poder y su trabajo “periodístico” no consiste en convencer sino en vencer, no se dedican a polemizar sino a descalificar, su aporte no consiste en refutar opiniones sino en estigmatizar a los que opinan insumisamente.
Pero veamos el lado positivo.
Con lo expuesto, esperamos que al menos estos informes contribuyan a despertar interés en la opinión pública y aumentar así las ventas de libros y textos afines, puesto que quienes no formamos parte del staff de alcahuetes que viven de la generosísima beca estatal siempre estamos ansiosos y necesitados de percibir las austeras regalías por derechos de autor.
Eso sí, que no se malinterprete!, desde estas líneas queremos dejar sentado que el mercado literario anda maravilloso, en alza y nunca nos fue tan provechosamente (ni por asomo se nos ocurriría sugerir que las ventas de libros han bajado), no fuera cosa de correr con la misma suerte de aquel agente inmobiliario que tras refunfuñar por la merma de la demanda de bienes raíces le fue impuesta ipso facto una virtual capitis diminutuo por orden expresa y confesa de la jefa y empleadora de los autores de estos informes.
Ver los informes del “periodismo militante” que vive del Estado:
678:
Duro de domar:
Adri Bosch
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