¡Apaguen y vamos! ¿Nos creímos que era un juego, aquello de que estamos solos? Solos estamos los que componemos un grupo que resiste aún.
Los aguerridos de los primeros años, desafortunadamente están muriendo naturalmente.
El exilio se ha infectado de la plaga castrista. Lo que en Cuba queda es una sombra de la cultura cubana: allí vive la catastrófica cultura castrista.
Ya la cubana se nos extingue.... Pero los que resistimos con nuestra conciencia viva, sangrante, estamos delante de un mundo insensible, cómplice de lo peor de la tierra: de los fundamentalistas, no solamente islámicos, también de los fundamentalistas llamados rojos.
El castrismo ha dado tiempo a que muchos se reciclen en su andar político y que además de Cuba, el Exilio se encuentre dividido.
Como algunos de los profetas hebreos nos queda decirle al Dios: ¡Hasta Cuando! Esto sin que nos hayamos rendidos.
Estaremos en esta batalla hasta alcanzar la libertad.
No nos importan los que se hacen cómplices del mal, por conveniencias políticas, por intereses, por cobardía, por odio, por frustraciones, por envidia, por IGNORANCIA.
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